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17 de marzo, 2025

Camila reina. Adopta una nueva mascota tres meses después de la muerte de su perrita.

La buscó en un refugio.

La esposa de Carlos III adoptó una nueva mascota, tres meses después de la muerte de su perrita, y convirtiéndose en un inquilino más de Clarence House.

En noviembre en las redes sociales del palacio de Buckingham anunciaron el fallecimiento del animal, que era parte de la familia para los reyes británicos.

Todo un homenaje con fotos que recordaban algunos de los momentos más especiales junto al can, de nombre Beth, al que Camila había adoptado en 2012 de un refugio.

Tan importante era para ella que no dudó en incluir su imagen en uno de los bordados que llevaba el vestido blanco que lució para la coronación de su marido, Carlos III.

Junto con su otra mascota, Bluebell, o los rostros de sus nietos, formó parte de los símbolos que llevaba este icónico vestido, creado por Bruce Olfield y con expresas perticiones de la reina Camila.

Camila sí ha querido dar una gran oportunidad a otro cachorro necesitado de familia, ya que, como ya hizo con su perrita Beth, lo ha adoptado de un refugio.

Ella misma lo ha revelado durante su visita a Canterbury, cuando se ha encontrado con un Golder Retriever al que no ha dudado en acariciar, haciendo estas confesiones a su propietaria.

La reina ha contado que se trata de un macho de ocho semanas para el que ha elegido el nombre de Maley, ya que “parece un topo”.

No ha podido o querido especificar la raza, alegando que el animal es “un poco de todo”.

Un gesto con el que da ejemplo de su labor, ya que una de las causas más importantes para ella es, precisamente, la adopción de mascotas, con varios hogares para animales amadrinados por ella.

Aunque Beth y Bluebell son de la familia de los Jack Russell, parece que en este caso la raza no ha sido determinante para la adopción, gracias a la que su casa, Clarence House, se ha llenado de nuevo de ladridos, tras unos meses algo más tristes por la muerte de la anterior mascota, a la que tuvieron que sacrificar al serle diagnosticado un tumor maligno incurable y que solo iba a ir a peor.

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