Un cortesano uso canales secundarios para obtener lo que buscaba
Carlos III se encuentra en pleno tratamiento contra el cáncer y alejado de sus deberes oficiales. Desde Palacio la consigna es clara se debe molestar al rey con asuntos laborales lo menos posible.
A pesar de ello, un cortesano, David White , ha podido abusar de la vulnerabilidad del rey.
El papel de White como Rey de Armas de la Jarretera es asesorar al monarca en cuestiones de heráldica y sobre cómo llevar a cabo las ceremonias reales.
White quiso asegurarse el nombramiento de su candidato favorito para un puesto de alto nivel, vacante en su departamento, el Colegio de Armas.
En vez de usar las vías establecidas, utilizó “canales secundarios” para asegurar la firma del rey aceptando dicho nombramiento.
A pesar de que White no tiene la responsabilidad de recomendar al monarca candidatos para puestos en la Casa Real, cuando surgió el alto cargo de Secretario de la Orden de la Jarretera en el Colegio de Armas (un departamento de la Casa Real que crea y mantiene escudos de armas), White quiso que fuera nombrado un colega, Peter O’Donoghue, que ya era heraldo en la Orden de la Jarretera.
Otros asesores de alto rango del Palacio de Buckingham ya habían sido avisados formalmente para que presentaran otros candidato a través del procedimiento normal, con trámites que deben pasar por canales oficiales, y el filtro de los secretarios privados del rey.
En lugar de eso, White hizo que su carta de recomendación llegara directamente a un empleado de Palacio que trabaja directamente para el rey.
Fuentes de Palacio han descrito en ‘Daily Mail’ la jugada como una emboscada deliberada para eludir el control del rey y sus secretarios privado, el coronel Michael Vernon.
Además, todo esto sucedió cuando Carlos III estaba en Londres en pleno tratamiento contra el cáncer.
El hecho ha provocado un gran enojo y una disputa interna en Palacio. “Tal vez David no se dio cuenta fue que el rey estaba cansado. En otras palabras, estaba en su punto más vulnerable, razón por la cual existe el procedimiento adecuado. Cuando el rey está en Londres, está aquí para recibir tratamiento y, por lo tanto, a menudo puede ser un momento difícil para él. Los ayudantes más cercanos a Carlos III lo sabían lo suficientemente bien como para tener claro que deberían haberlo dejado en paz en ese momento”.
Otra fuente de la Casa Real consultada ha asegurado que “ese acercamiento directo al rey nunca debería ocurrir. Siempre debe acudir al secretario particular, Michael Vernon, quien está furioso porque David decidió eludir todo el sistema”.