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27 de julio, 2024

Felipe. Cena privada del rey en una de los restaurantes ocultos de Madrid.

Con antiguos profesores.

El rey Felipe no tenía agenda institucional pero sí de amigos. Acudió al restaurante La Vaquería Montañesa, en la calle Blanca de Navarra en el barrio de Chamberí en Madrid.

Un local que no forma parte del circuito del mundo del “dejarse ver”, donde los precios no se ajustan al producto.

En cambio en este restaurante acuden vecinos de la zona que quieren comer bien y acabar con una factura ajustada.

El trato es impecable y la puntuación en las redes es magnífica.

Por ejemplo, una cena con platos compartidos puede salir por treinta y dos euros, dependiendo del vino que se elija.

Entre las especialidades de la casa se encuentran las rabas y las anchoas del Cantábrico, croquetas de marisco del norte, huevos fritos con morcilla de Villarcay, arroz marinero, merluza o rape.

Varios de estos platos fueron los que degustaron. “Somos especialistas en pescados de la lonja de Santander, compramos nosotros mismos en persona, en verduras ecológicas de temporada y de pequeñas huertas nacionales y en ternera ecológica de Siete Valles de Montaña, la primera cooperativa de ganaderos ecológicos de Cantabria”, explica su dueño.

Esta antigua vaquería fue el lugar elegido por el monarca para reunirse con un grupo de conocidos formado por cuatro hombres y tres mujeres de edades superiores a las del anfitrión.

Según han confirmado a la revista Vanitatis testigos presenciales, se relacionaban en inglés y francés y parecía más una reunión de profesionales que de amigos.

Un discreto servicio de seguridad ocupaba otra de las mesas y pasaban totalmente desapercibidos para la mayoría de los clientes.

Es probable que se tratara de algunos de los antiguos docentes del internado Lakefield de Canadá, donde el monarca cursó el año académico 1984-1985, antes de ingresar en la Academia General Militar de Zaragoza.

Al día siguiente, don Felipe tenía una cita entrañable (aunque más formal) con ellos en el Casino. El rey asistió al Lakefield Foundation Trustee Meeting, donde se le brindó un pequeño homenaje y tuvo oportunidad de charlar distendidamente con sus antiguos profesores.

Antes de este encuentro más protocolario, el monarca quizá quiso tener un gesto con aquellos profesores con los que tuvo un trato más personal y los llevó a cenar a este restaurante de Chamberí.

Tanto a la entrada como a la salida varios ciudadanos que también habían elegido el mismo restaurante le aplaudieron.

Al final de la cena los acompañantes del Rey quisieron hacerse una foto como recuerdo. Fue entonces cuando el Jefe del Estado le pasó su móvil a uno de los escoltas para que reflejara la reunión gastronómica.

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