Estuvieron en una misma fiesta con la mujer por la que iba a dejarla.
Marta Gayá fue, durante años, la ‘amiga entrañable’ del rey emérito Juan Carlos. En el caso de Gayá, es hija de Fernando Gayá, un importante empresario hotelero balear, siempre procuró ser discreta y llevar una vida alejada de los actos sociales
Formaba parte de la llamada corte mallorquina, donde el rey titular disfrutaba de veranos alternativos a la vida familiar de Marivent.
La revista Vanitatis ha buceado en las imágenes publicadas por la revista ‘Tiempo’ en las que queda manifiesta la relación con Gayá incluso en presencia de la reina Sofía.
En ese ambiente de poder y dinero era de dominio público la relación que Gayá mantenía con el titular de la Corona.
En el palacio de Marivent, sus inquilinos también lo conocían pero daban por buena su discreción. No así la del monarca, que no escondía su interés afectivo por Marta, quien siempre se preocupó en coincidir lo menos posible con la reina Sofía en lugares públicos o fiestas sociales.
Juan Carlos llegó a confesar a un amigo: “Nunca he sido tan feliz”.
En aquel momento incluso se llegó a plantear la posibilidad de divorciarse de doña Sofía para casarse con ella.
El Rey estaba enamorado y no cuidaba las formas.
Tanto es así que hubo una situación muy comprometida y dolorosa para la entonces reina.
Sucedió en julio de 1990 y la revista ‘Tiempo’ dio la información de aquel desplante real que fue el tema de conversación de la temporada.
Era la primera gran cena del verano mallorquín que presidían los reyes Juan Carlos y Sofía. El motivo era agasajar al príncipe Aga Khan.
Se celebraba la primera fase del Rally del Mediterráneo de maximotor, palacios flotantes que regateaban por las costas de Porto Cervo (Cerdeña), el Principado de Mónaco y Palma de Mallorca.
Cuando ya los comensales estaban sentados y los camareros comenzaban a servir el primer plato, aparecieron por el Real Club Náutico el príncipe Tchokotoua y Marta Gayá.
Hasta ese día la presencia del monarca y su amiga entrañable nunca había sido pública.
Juan Carlos, que cuando vio llegar a Gayá, se levantó de su mesa para saludar al príncipe y, sobre todo, al que en aquel momento era el amor de su vida. El gesto fue una de los mayores desplantes a la Reina.
La mallorquina siempre ha sido especialmente discreta, a pesar de que no ha podido evitar que su nombre resucite de cuando en cuando periodísticamente.
Una de las últimas ocasiones, cuando circuló el rumor de que había acompañado al emérito en sus primeros días en Abu Dabi.
El emérito había mostrado su preocupación sobre su amiga, de la que decía que tenía pocos recursos financieros. Don Juan Carlos quería asegurar que tuviera un nivel de vida decente. De todas las parejas atribuidas a Juan Carlos de Borbón fuera de su matrimonio, Gayá es probablemente la más importante y la más discreta.
A pesar de que en los años 90 esta amistad envolvió de tal forma al rey que no le importó romper la relación hasta entonces idílica que mantenía con los medios y con el Gobierno de Felipe González, quejoso de las continuas ausencias de Juan Carlos.
Gayá y el padre de Felipe VI siguen manteniendo a día de hoy una buena relación. Su lealtad ha pasado ya todas las pruebas, solo se le conoce un desliz durante una fiesta, cuando en una conversación con sus amigos se refirió al rey como Juancho, lo que desvelaba el grado de intimidad que había entre ellos.