No cumplirá con su deseo de volver a la Zarzuela
Es la primera vez, desde que instaló su residencia en Abu Dabi, que el rey emérito Juan Carlos I puede quedarse en Madrid varios días.
La ‘reconstrucción’ de la relación entre padre e hijo, generó que Juan Carlos pueda sentirse más libre cada vez que viaja a España
El emérito ya no tiene causas judiciales pendientes. Pero no puede dormir en la residencia real en Zarzuela, donde vivió tantos años, lo hará “en casa de un amigo, punto”.
La visita de don Juan Carlos nada tiene que ver esta vez con sus citas deportivas en Sanxenxo: viene como invitado a la boda del alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, con Teresa Urquijo, nieta de su prima segunda.
Tan solo ha pasado por Madrid en tres ocasiones anteriores, y han sido las tres por motivos familiares.
La primera fue en su primera visita, precisamente, cuando tras pasar unos días en Sanxenxo, hospedado en casa de su amigo y armador Pedro Campos, visitó Zarzuela para almorzar con parte de su familia.
De paso, su hijo, Felipe VI, mantuvo una larga y tensa reunión con él que provocó que no volviera a España en muchos meses.
Su exposición pública provocó malestar en la Casa Real y así se lo hicieron saber. Le pidieron además discreción extrema.
Las siguientes visitas fueron de bajo perfil, acatando así las reglas para poder volver a visitar España con más frecuencia y sobre todo con normalidad, como ha sido.
No volvió a Madrid hasta el pasado mes de octubre, cuando visitó la capital para la fiesta familiar del 18º cumpleaños de la princesa Leonor. Aquella noche durmió en casa de un amigo en Madrid.
La tercera vez que don Juan Carlos pisó Madrid fue el 20 de diciembre para festejar el 60º cumpleaños de su hija la infanta Elena
Esta vez, no dormirá ni en Zarzuela, como ya se ha dicho, ni en casa de la infanta Elena, lo hará en lo de un amigo que por motivos de seguridad no se hizo público.
Juan Carlos nunca ha sido muy proclive a dormir en casa de sus hijas, ni siquiera a visitarlas en su hogar. Muchas veces que cuando padre e hija quedaban para salir juntos, de caza casi siempre, Juan Carlos I acudía con su auto y esperaba en la calle a que su hija bajara.