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viernes, 5 de diciembre de 2025
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LO ÚLTIMO. Río de Janeiro. Revelan que los jefes del Comando Vermelho fueron alertados del operativo cuatro horas antes.

les habría permitido preparar la resistencia.

Cuatro horas antes del inicio del operativo policial del martes contra el Comando Vermelho, las fuerzas de seguridad de Río de Janeiro ya sabían que el plan se había filtrado.

Así lo confirmó un documento al que accedió el medio Folha de S.Paulo, que detalla que los criminales estaban al tanto de la incursión en las favelas de Alemão y de la Penha, donde se produjeron fuertes enfrentamientos.

La filtración propició que el choque entre las fuerzas comenzara mucho antes de lo que se conoció de forma pública. Se estima que cerca de la una de la madrugada, un grupo de unos 20 hombres en motocicletas se enfrentó con policías militares en Del Castilho, uno de los accesos a esas comunidades.


Dos de ellos fueron baleados y murieron en el Hospital Salgado Filho. Según el reporte oficial, se identificaron como jefes de la facción criminal Espírito Santo y admitieron que escapaban porque sabían que la operación era inminente.

La filtración y el desarrollo del operativo antinarco más letal en la historia de Río de Janeiro
A pesar de esa filtración, el operativo comenzó a las seis de la mañana con un despliegue de 2500 agentes. Fue la acción más letal en la historia del estado de Río de Janeiro: 121 muertos y 81 detenidos, entre ellos varios presuntos integrantes del Comando Vermelho. Cuatro de las víctimas eran policías. Los funcionarios fueron identificados como:


El secretario de la Policía Militar, coronel Marcelo Menezes, aseguró que el Batallón de Operaciones Especiales (BOPE) formó un “muro humano” para cercar a los sospechosos en la Serra da Misericórdia, una zona de difícil acceso usada por los traficantes para esconderse o atacar rivales.

El gobierno de Cláudio Castro, gobernador de Río de Janeiro, reconoció luego que el número de víctimas era casi el doble del informado inicialmente, una cifra baja en relación con la que se conoce en la actualidad. Hasta el momento, la Secretaría de Seguridad Pública, consultada por el medio brasilero mencionado, no respondió sobre la filtración que, según los investigadores, pudo haber comprometido toda la operación.

La operación policial lanzada en Río de Janeiro, la más letal de la historia de la ciudad brasileña, dejó 132 muertos, entre ellos cuatro agentes, según la Defensoría Pública regional.


Esta institución encargada de ofrecer asistencia legal gratuita, divulgó la cifra de fallecidos, después de que habitantes de los barrios afectados se lanzaran a buscar a sus familiares desaparecidos y empezaran a juntar decenas de cuerpos en una plaza.

Funcionarios del organismo acompañan las búsquedas en la favela de la Penha, uno de los focos de la operación.

Están presentes en los institutos forenses responsables por la identificación de los cadáveres, según un comunicado.


Asimismo, la Defensoría Pública afirmó que recabó testimonios de habitantes y familiares de los fallecidos para “contribuir a la necesaria respuesta institucional ante la violencia estatal nunca vista”.


Los cadáveres encontrados por los familiares, todos de hombres, quedaron tendidos uno al lado del otro en el suelo de una plaza de la Penha, a la vista de los vecinos.

El Gobierno regional afirmó en un comunicado que los sospechosos fueron abatidos tras “reaccionar” a las acciones de los agentes.

La operación policial buscaba ejecutar 100 órdenes de prisión contra miembros del Comando Vermelho, una de las dos facciones criminales más poderosas de Brasil, en dos complejos de favelas, las de la Penha y del Alemão.


Durante las acciones realizadas con el apoyo de 2.500 agentes y decenas de vehículos blindados, fueron arrestados 81 sospechosos y se requisaron 93 fusiles y media tonelada de drogas, según el último comunicado del Gobierno regional.

Los miembros de la banda respondieron a la operación con bloqueos en varias vías de la zona norte de Río, lo que llevó a interrupciones en el tránsito de un centenar de líneas de micros y al cierre de decenas de escuelas y centros de salud.

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