Santo en la Web y en la Red

7 de septiembre, 2024

Betina Kraus. Significado y anécdotas del año nuevo judío.

Betina Kraus

El Año Nuevo Judío o Rosha Shana conmemora la culminación de la creación del Universo y la aceptación de la soberanía de Dios sobre el mundo. De esta manera, el judaísmo celebra el nacimiento de Adán y Eva. Son días para realizar un balance espiritual y valorar las acciones realizadas. Cuando este domingo aparezca la primera estrella en el firmamento, los creyentes harán sonar 100 veces el shofar, un antiguo instrumento de viento que llama a los judíos a la meditación, al autoanálisis y a retomar el camino de justicia. Se abre un período de reflexión y arrepentimiento de los pecados del año que terminan en el décimo día con la celebración del Yom Kippur o Día del Perdón.

Este año es el 5783. La celebración se iniciará con la aparición de la primera estrella en la tarde del 25 de septiembre, y se extenderá durante los primeros dos días del nuevo mes Tishrei: 26 y 27 de septiembre.

Este año quiero relatar como se festeja el Año Nuevo en Ucrania como ejemplo de lo que puede hacer el pueblo judío ante la adversidad.

Según el European Jewish Congress (EJC), la actual población judía de Ucrania es de entre 360.000 y 400.000 personas, pero con la guerra es difícil saber si estas cifras se mantienen. Muchas mujeres, niños y ancianos han buscado refugio en otros países. El rabino Ehrentreu estima que alrededor de 600 judíos asistirán a las oraciones de Rosh Hashaná de este año.

Voy a reproducir la historia que leí y me emocionó del rabino Ehrentreu. El rabino, su esposa y sus cuatro hijos distribuyeron paquetes de alimentos especiales para la festividad a todos los judíos de la comunidad, junto con cajas de lujo que contenían regalos únicos para la festividad que fueron organizados con anticipación por Jabad de Ucrania. Logró que una fábrica de pastelería local elaborara productos kosher para estas fiestas tan importantes de nuestra tradición.

Sus palabras emocionadas fueron: “Cuando los judíos de la comunidad vieron que las cajas contenían no solo productos kosher, sino también productos de la Tierra de Israel, les dio una sensación muy especial. Los conecta y los vincula con el significado de la festividad y con una nación unida”.

Nosotros, los argentinos de la comunidad judía, festejamos todos nuestro nuevo año, desde los judíos ortodoxos hasta los judíos no muy creyentes. Es una reunión familiar simbólica que llevamos en el corazón y en el alma. Los que ya no tenemos padres rememoramos también las palabras y el rezo de nuestra infancia, lo que nos lleva a sentirnos tan cerca de ellos imaginándolos sentados ahí con nosotros compartiendo la mesa y deseándonos un “Shaná Tova”. Shaná es año en hebreo y Tova bueno, expresando el deseo de prosperidad para el año entrante. Nosotros agregamos “Shaná Tová Umetuká” agregando que sea un dulce año nuevo.

Al atardecer vemos en las calles de nuestra querida Buenos Aires miles de personas con su sombrero o kipá que van unidos caminando tranquilamente a las sinagogas, a compartir la llegada del nuevo año. Al terminar la ceremonia se unen en un abrazo emocionado estando todos acompañados, también los que concurren solos, ya que se abrazan con la persona sentada a su lado creando una confraternidad emotiva. La gente humilde es proveída de una caja con todos los ingredientes para elaborar la comida típica de Rosha Shaná para que nadie se quede sin festejar. Tratamos de que nadie esté solo en las fiestas. Estamos atentos de invitar a quien suponemos que no tiene con quien festejar. También se unen varias familias para maximizar los buenos deseos y compartir este gran momento. Siempre me acordaré de caminar con mi padre a la sinagoga agarrados de la mano y escuchar sus historias casi siempre repetidas mirándolo con asombro y amor para descubrir las nuevas vetas de la misma historia que hacía volar su imaginación, magnificando sus recuerdos. Me embarga la emoción al relatarlo, porque de esa manera me son vívidas las historias de mis abuelos que no pude conocer y que el bien supo relatar. En estas fechas tan especiales era cuando abría su corazón y me compartía parte de sus recuerdos para que nuestra historia familiar no se pierda con el tiempo y continúe de generación en generación.

Vayamos a la comida que para muchos es lo más interesante. Las mesas se enaltecen con comidas típicas de nuestra tradición en las fiestas. El pescado está presente porque simboliza el deseo que el pueblo judío se multiplique. También se coloca en la mesa una “cabeza de pescado” para recordar que “hay que ser cabeza y no cola”, eligiendo el propio camino y asumiendo el liderazgo. La manzana sumergida en miel no puede faltar en las mesas en sus distintas formas de cocción ya que la manzana representa el pecado del egoísmo y se moja en la miel para mitigarlo con el deseo de un nuevo año dulce.

No puede faltar en la mesa la jalá, el pan dulce, trenzado y redondo. La circularidad significa los ciclos de la vida, la renovación y las oportunidades de cada día. El sabor dulce es para predisponerse para generar momentos dulces y felices.

Los platos típicos son gefilte fish con krein (pescado relleno con picante de remolacha y rábano picante), el pastrón con farfalaj, pollo con miel,el leicaj (la torta de miel), frutos secos y la inventiva de cada uno adaptada al simbolismo de esta fiesta.

Como regalo para los lectores de Puntoseguido les doy mi receta de gefilte fish para las próximas fiestas:

Ingredientes:

Pescado 1 kilo (el original es mezcla de boga, trucha o dorado y merluza) Por cuestiones de costo y por la dificultad de conseguir los 3 pescados queda excelente con merluza

Cebolla 2

Aceite neutro

Huevo 2 grandes o 3 chicos

Zanahoria 1

Soda 50 cc

Harina de matzá 150 grs

Sal


Krein:

Remolacha 2

Rábano 100 grs

Azúcar 1 cda

Vinagre blanco 2 cdas

Comenzar salteando la cebolla picada en aceite. Salpimentar. Reservar. En otro bol, mezclar el pescado desmenuzado con los huevos, la zanahoria rallada, la harina y salar. Amasar y mi dato adicional. Agregar soda al final para que sea una masa homogénea y se hinche un poco al cocinar dándole una textura especial.

A mi me gusta el pescado en forma de pan, no hervido, y bien horneado así que pasar la masa a una placa apenas aceitada dándole la forma de un budín. Poner alrededor del pescado un poco de soda para que no se pegue y poner en horno medio precalentado aproximadamente 40 minutos, pero ir controlando.

 Aparte, en un bol, mezclar la remolacha y rábano rallados con el azúcar y el vinagre.

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