Santo en la Web y en la Red

28 de marzo, 2024

MARTHA WOLFF. El día después.

El día después de la presentación del libro dictado, no escrito,  por la ex presidenta  de la Argentina, todo fue comentario e indignación porque con el dinero de los ciudadanos se armó una infraestructura que costó mucho dinero. Casi lo mismo que invirtió el kirchnerismo para movilizar y traer a gente para llenar la sala más a los que miraban desde afuera las  pantallas  mientras llovía, como el 25 de Mayo de 1810 porque el pueblo quería saber de qué se trataba. Así los que para los que nunca visitaron la Feria del Libro y quizá nunca pudieron o tuvieron oportunidad de leer uno fue una oportunidad conocerla.

Mientras en las calles aledañas los ómnibus esperaban colmando con su estacionamiento la Avenida Sarmiento, un cerco policial importante aseguraba el orden, aunque  no pudo  defender la agresión sufrida a una periodista por la intolerancia kirchnerista  de considerar al que no lo es como enemigo y asociarlo con la dictadura.

Lo que sí fue democrático fue el acto en un país democrático elogiado por la directora de la Feria por haber sido ese lugar elegido por Cristina, como se la llama familiarmente.  Pero lo que no fue democrático fue el privilegio que tuvieron los aplaudidores de Cristina cual corifeo, con entrada-invitación, especial ubicados  en las primeras filas mientras  más allá estaba el pueblo de pie.

Ella les contó el cuento de Caperucita dirigido por Alberto Fernández que convirtió al Lobo  en Caperucita  y viceversa cuando elogió la economía de los Estados Unidos practicando el deporte de la ironía agregó que los que viajan ida y vuelta allí con frecuencia, es decir los del gobierno actual,  no aprendieron la lección. Hubo más ironías y magnánimas referencias a su gobernabilidad  ante su aparente sobriedad. Entre su verborragia contó sobre la fecha de la presentación del libro porque era el día que se había casado con Néstor, como si se tratara de una boda real  y tuvo el coraje de nombrar a Borges, para repetir lo que él pensaba de los peronistas que eran incorregible. ¡Qué pena que perdió la oportunidad de  homenajearlo como el gran escritor argentino! En cambio irónicamente  provocó risas y aplausos!

En una palabra con “Sinceramente” volvió “La Razón de mi Vida” que nos obligaron a leer en las escuelas. Lamento que se haya transformado en una Biblia política cuyo objetivo sería,  en caso de un cambio de gobierno, un libro educativo con 600 páginas, que los alumnos jamás leerán ya que cada día leen menos y conocen fragmentada la realidad de nuestro país por manejarse más con la tecnología que con la lectura y en ese caso sería también la ideología.

Lamento también que tanto en la apertura de la Feria como de este acto se haya convertido en una tribuna política para no lectores. Pena mucha pena.

Invitada
Martha Wolff
Escritora y periodista

Seguir leyendo