Santo en la Web y en la Red

21 de noviembre, 2024

MARTHA WOLFF. El hombre ante las catástrofes.

Cuando llegan las fiestas de fin de año, para celebrar, la gente come de más, bebe de más y también se alegra… ¿Pero qué significa tanta explosión de gula, embriaguez y celebración? Es que haber llegado a festejar otro año más es haber llegado a otro año más de vida. Es querer  llenar el estómago para no pensar, tomar de más para olvidar y reírse de haber burlado al fantasma de la muerte. Y de eso se trata, enmascarando de festejos el sobrevivir, porque mentir sobre el miedo es mostrar la otra cara del desafío de vivir.

En síntesis, lo mismo, pero con diferente careta nos mostramos ante el fantasma del COVID-19, que vive con la guadaña para ir decapitando la salud de la humanidad. Día a día al poder comer, beber, sonreír, decimos gracias por no haber sido elegido y todo se convierte en una orgía de lavandina y alcohol, tapabocas y distancia con el otro. El miedo ha ganado la batalla para evitar enfermarse o morir. El miedo ha paralizado al mundo, al turismo, a la economía, al progreso, al contacto social, a obedecer órdenes desde el poder, porque lo único que no han podido hacer, los que creen que conducen a los pueblos, es dominar al virus.

El hombre ha inventado la guerra para aniquilar a sus enemigos, las armas para defenderse y destruirlos, los conflictos para desafiar a sus opositores y la locura para dominar a otros hombres y sojuzgarlos. Quiso desafiar a la naturaleza con sus inventos para disfrutar de la misma, investigar y lograr medios de comunicación para recorrer la Tierra, volar sobre ella, conquistarla hasta contaminarla. El hombre investigó, la farmacología obtuvo resultados positivos y la medicina implementó con diagnósticos atacar y destruir enfermedades. Pero lo que está por encima del hombre son las epidemias, de las cuales algunas fueron controladas con el tiempo y otras siguen vigentes. Son tan minúsculas sus balas de ataque que parecen ser una invasión subliminal que quiere destruir el exceso de habitantes que le pesan al globo terráqueo, que contaminan, depredan e infectan a las sociedades.

La pandemia que esta vez sacude al mundo, es una siembra de cadáveres, de familias fragmentadas, de hombres, mujeres y niños cuyas casas son a la vez lugares de trabajo, de estudio de comunicación virtual con el universo. Sin vacunas suficientes para inmunizar al atacante  el miedo al contagio es el objetivo final. De nada ha servido el elogio de la prevención y el cuidado cuando somos tan vulnerables. El miedo a la muerte es en síntesis lo que nos gobierna, sabiendo que no somos eternos, menos con un anuncio que en cualquier momento no podremos festejar otro año más.

INVITADA
MARTHA WOLFF
Periodista y escritora

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