El humor tiene el recurso de expresar lo que la mayoría piensa. De ahí la risa, la sonrisa o la carcajada. El humor es psicoanalista de imágenes y textos, de situaciones sociales, políticas o económicas que suceden, que vemos, pero en sordina no criticamos. Es una especie de filtro, que cuando otro destapa la olla nos sentimos contentos de saber que somos muchos los que estamos en la mira de la observación. En síntesis, el humorista es el que dice verdades a través de sus personajes. El humorista nació para eso, para delatar con picardía lo que la gente calla. Y si hablamos de Nik hablamos de un cronista total de la Argentina. Y justo a él, el Ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, usando el “espionaje” como recurso fascista, lo amedrentó con sus datos personales hasta señalando a la escuela a la que van sus hijas, como advertencia a él y a los que no piensan como el gobierno. Su función de custodiar teniendo los datos de la población en sus manos, a demostrado hasta qué punto ha llegado la crisis de las PASO. En este caso hasta la propaganda de beneficios que el gobierno hace para ayudar al sostén de la educación que en este caso ha sido falsa. Fue para decir, señor Gaturro, usted está en la mira, quédese en el molde porque…
Lo que duele es que el que hoy Ministro de Seguridad lo es de urgencia, de no aceptación pública, de figura prepotente y de comentarios machistas, como fue el que hizo su homónimo cuando le echó la culpa a su compañera de haber organizado una fiesta en plena pandemia. Un comentario más del hampa que de un funcionario público, que al haberle mostrado el logo del colegio al que iban sus hijas, es capaz de cualquier bajeza, utilizando su función para conseguir los objetivos que le marcan para mantener el orden social.
Además, Aníbal Fernández ha producido una grieta más en la política gobernante. En su fascismo no eligió a cualquiera, lo hizo para contrarrestar a lo que Nik twitteó sobre los regalos que hace el partido reinante menos fuentes de trabajo. Con la cacería de Aníbal Fernández para apretar bien al estilo mafia a los que hablan, se ganó aún más el odio que se le tiene. Después de todo, con su actitud despreciable, quiso tapar el sol con la mano o sea las prácticas de beneficencia que tienen lugar hasta el 14 de noviembre para conseguir el voto kirchnerista. Hay verdades a gritos, como que la plata que ellos manejan para tanta dádiva es de todos los argentinos; que la visita de partidarios casa por casa es un control sobre su ausencia y para presionar a la población para presentarse y votar por ellos.
Gracias a la literatura, al cine, a la televisión y a todos los medios de difusión democrática que se manifestaron en contra de la mussoliniana, nazi fascista y estalinista advertencia del Ministro de Seguridad a Nik que fue una tortura electrónica. También fue publicitar que nuestro gobierno ayuda a colegios de la colectividad judía. Dato falso y con tufo antisemita. Debe saber muy poco Aníbal Fernández sobre la historia y la trayectoria de esa escuela que nació en los guetos de Europa Oriental para ayudar a los que pudiendo escapar o sobrevivir tuvieran oficios. Debe saber muy poco de la cantidad de alumnos no judíos que busca su excelencia educacional y tampoco debe haber participado cuando se gradúan los alumnos en el Luna Park. Debe saber muy poco que de allí salen jóvenes preparados para ganarse la vida o para elegir mejorar escalando al nivel universitario. Debe saber muy poco que toda la educación argentina debería ser así, pero claro, un dibujante democrático ha sido condenado porque el Ministro de Seguridad esgrimió el miedo que ha sido siempre el arma de los cobardes.
INVITADA
Martha Wolff
Periodista y escritora