Santo en la Web y en la Red

25 de abril, 2024

MARTHA WOLFF. Regalo para “El día del escritor”

El jueves 14 se celebró el Día del Escritor. Gran día de homenaje a quienes desafiamos las página en blanco. Esa pasión por dejar que desde la idea, el pensamiento y el mecanismo neurológico de transformar lo simbólico en palabras al apretar una tecla, se convierten en palabras. Esas palabras inasibles que pueblan la mente y que como martillos en sordina piden salir, ser tinta cuando no existía la computadora y tantos otros métodos para expresarse.

Un escritor es un cazador de pensamientos que corretean, van y vienen, acosan, inspiran, obligan a dejar plasmado en el papel los duendes desordenados que nos gobiernan. Es un ejército de soldadesca cuyas armas son el comprometerse con uno mismo y con la sociedad. Porque el escritor es alguien que tiene algo que decir  a su manera, es un militante de una conciencia que brega por contar lo que siente, ve y opina y además un denunciante de lo que se omite, un relator de lo que se calla, un poeta ante las pérdidas y las ganancias, los triunfos y los fracasos, los amores y los desamores.

Un escritor es alguien que quiere llegar enseguida a su casa y escribir, escribir, escribir, poner orden como un vigilante ante los pensamientos enmarañados que quieren salir, y que por ese vicio profesional de darle forma como un artesano a su materia para lograr el diseño de su obra, se pelea, borra, rehace, tacha, agrega palabras, frases, puntuación gramatical, ensambla lo borrado porque lo legitima luego…una tarea titánica en soledad. Pero una soledad plena de habitantes universales que hacen cola para dar testimonio. Es un acto de justicia para dar a conocer a los ignorados de pequeñas y grandes emociones, aventuras, odiseas, actitudes, propuestas para la Humanidad y desencantos y encantos tanto políticos, religiosos como económicos. Y ni qué decir sobre el AMOR… esa fuente inagotable de inspiración.-

Si tengo que definir al escritor/escritora digo que es un hombre y  una mujer que profesan un rito silencioso al rezar su fe en la conjugación del arte de decir a su manera, ante la deidad de una máquina que tiene de mágico convertir lo abstracto en concreto bajo la batuta de las puntas de los dedos para presionar teclas y armar textos. Confieso que el placer que me produce leer buen artículo, un libro, escuchar un excelente reportaje o  deleitarme con una lectura de calidad equivale lo que siento cuando también logro lo que me propongo decir.

Hay tanta felicidad en el escritor cuando ve que a medida que sus manos como las de un pianista magistral aprietan las techas para ser fiel a la melodía y hay tanta felicidad y orgullo cuando la gente dice: ¡Ah, usted es escritora! Vaya para el día de hoy ese título de nobleza otorgado por la multitud de lectores que nos acompañan desde el anonimato ante nuestros nombres y apellidos porque somos la tinta sangre, como reza el tango,  de la sociedad.

INVITADA
Martha Wolff
Escritora y periodista

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