¿Alguien más se dio cuenta de que los adultos también hacemos berrinches? Por lo general es una manifestación emocional que atribuimos exclusivamente a los niños, pero si prestamos un poco más de atención, vamos a notar que muchos de nosotros reaccionamos de esta manera en distintos ámbitos. Nunca vi que una señora se revolcara en el suelo y pataleara porque no le compraron un helado, pero sí la vi gritarle al cajero del banco porque se demoró en atenderla. Tampoco vi que un señor hiciera puchero porque le sacaron un autito, pero sí lo he visto tocar bocina frenéticamente para que lo dejen pasar gratis en el peaje.
Y te digo la verdad: cuando veo a este señor enojado en el peaje, me imagino a ese niño a quien le acaban de arrebatar su autito y que tiene muchas ganas de llorar, pero como le dijeron que llorar es de niñas, se tragó todas las lágrimas y siguió como sin nada. También me imagino que quien le grita al cajero no es una señora, sino una nena a la que comparaban constantemente con su hermana, y entonces creció con una marcada baja autoestima que intenta ocultar “viviendo a la defensiva”.
Todos tenemos dentro un niño no escuchado. Un niño que quiere expresarse y no sabe cómo. Entonces se expresa como puede. Con gritos, con empujones, con patadas y muchas cosas peores. Y no va a parar hasta que lo escuchemos…
Yo aprendí a escucharme, a gestionar mis emociones y a comunicarme asertivamente recién en mi vida adulta, cuando comencé a estudiar Coaching Ontológico. El día que recibí mi diploma, me comprometí a allanarles el camino a mis hijos dándoles estas herramientas que personalmente me habría encantado aprender en el jardín de infantes.
Y no encontré mejor manera que un cuento. Un cuento que nos transforme a nosotros como adultos para luego poder transmitir lo aprendido a los niños. Porque claramente no podemos enseñarles a nuestros hijos algo que nosotros no tenemos incorporado. Con esta premisa nació mi primer libro “Sheila y su capa turquesa”. Sheila es una niña solitaria, que emprende un viaje en busca de un abrazo. Sheila representa la búsqueda personal que todos atravesamos en un momento de la vida. Nos enseña que la felicidad no se encuentra afuera sino adentro nuestro, y que cuando la encontramos podemos compartir lo maravillosos que somos con los demás, sin necesidad de pelear ni andar por la vida a los gritos.
Es un libro para grandes y chicos, y nos enseña a escuchar al niño que todos tenemos dentro para que no tenga que expresarse pegándole a un amigo en la escuela , ni haciendo un berrinche en la fila del supermercado para que lo atiendan primero.
INVITADA
Mayra S. Museri
Coach Ontológico especializada en Biodescodificación y Eneagrama