800.000 peregrinos llegaron a la capital de Salta para renovar su pacto de fidelidad a los Santos Patronos, el Señor y la Virgen del Milagro.
Culminó la tradicional muestra de fe y devoción a los Santos Patronos de los salteños, recordando su intercesión milagrosa ante los temblores que azotaron a la región en 1692.
Testimonios de quienes llegan –alrededor de 70.000- después de caminar hasta 10 días, o a caballo o en bicicleta, emocionan a quien los encuentra durante los días previos a esta fiesta patronal que no es solo de los salteños ya que congrega, en la capital de la provincia, a miles de peregrinos de distintos puntos de Argentina y países vecinos.
La salida de las imágenes del Señor y de la Virgen del Milagro estuvo acompañada por los acordes de la Banda de Música de la Policía de la Provincia, que interpretó los himnos en honor a los Santos Patronos. En ese momento, ya más de 800 mil personas, esperaban el paso de las imágenes o caminaban hacia el Monumento 20 de Febrero, donde el arzobispo de Salta, monseñor Mario Antonio Cargnello pronunció la renovación del Pacto de Fidelidad.
En su homilía, el prelado señaló que “la Argentina está en el corazón de los niños acogidos con amor, de los jóvenes que estudian y se proyectan para formar una familia”, y agregó: “Una Argentina de los mayores que nos contienen con su sabiduría, de nuestros maestros, científicos y profesionales, que trabajan con vocación de servicio y que permiten que nuestro país progrese. De los funcionarios que miran a los más pobres y trabajan por los que más necesitan. Argentina está en el corazón de las familias que necesitan una mano para no destruirse y mantienen la esperanza para llegar a fin de mes, para comer con dignidad, conseguir vivienda y trabajo”.
“La Argentina es una casa de puertas abiertas y de ventanas que dejan entrar el sol de la verdad, porque la Nación nos llama a todos. Por eso, juntos debemos construir un tiempo cada día mejor”, señaló el arzobispo de Salta antes de invitar a renovar el Pacto de Fidelidad.
Después de cantar el Himno Nacional, comenzó el recorrido de los Santos Patronos hacia la Catedral, donde miles de personas, agitando sus pañuelos, los saludaron conmovidos en la entrada, entre fuertes campanadas y pétalos de rosas.
Desde el 6 de septiembre, los lapachos en flor enmarcan una plaza 9 de julio llena de gente rezando la novena a los santos patronos dentro y fuera de la Catedral. La fiesta del Señor y la Virgen del Milagro también convoca a peregrinos desde todas las localidades y parajes de la provincia así como de provincias vecinas que llegan caminando, a caballo o en bicicleta. Entre ellos, los de Iruya y Nazareno que caminan, entre cerros, más de 8 días.
El 13 de septiembre se realizó la primera procesión alrededor de la plaza 9 de julio, dedicada a María con la cruz original que vino con el Señor del Milagro. Este acto se viene realizando al igual que en el año 1692 luego de unos terremotos que asolaron la zona.
El 14 de septiembre, en conmemoración a la Cruz, se realizan misas cada hora y la Catedral permanece abierta toda la noche.
Procesión del milagro
El 15 de septiembre es cuando los peregrinos renuevan su pacto de fidelidad a los patrones de Salta. Esta procesión es acompañada por miles de peregrinos (el año pasado se calculó que más de 700.000 personas acompañaron a los patronos por la ciudad).
La procesión culmina con el pacto de fidelidad que se realiza en el predio del Monumento 20 de Febrero. De allí las imágenes emprenden el regreso a la Catedral de Salta y los fieles los despiden con miles de pañuelos blancos y pétalos de rosas hasta el año próximo.
Un poco de historia
El obispo de Tucumán Fray Francisco de Victoria donó al pueblo de Salta en 1592 la imagen de un Cristo crucificado.
La imagen llegó flotando al puerto del Perú de allí su destino final fue la Iglesia de Salta.
Junto con la imagen del Cristo, llegó también la imagen de la Virgen del Rosario destinada en un primer momento al convento de Santo Domingo en Córdoba.
Pasaron 100 años y en 1692 luego de terribles terremotos en que sacaron las imágenes por la ciudad y la tierra dejó de temblar, los salteños realizaron un pacto de fidelidad con el Señor y La Virgen del Milagro, prometiendo todos los años en septiembre realizar la procesión en su honor.
Aquel 13 de setiembre de 1692, después de los fuertes temblores, se encontró la imagen en el suelo sin que hubiera sufrido daño su rostro ni manos. Al día siguiente, se la colocó en el exterior de la iglesia donde continuaron los cambios de colores del rostro y fue entonces cuando muchos fieles comenzaron a llamarla “del Milagro”.