La fiscal Verónica Pérez, a cargo de la investigación por el homicidio de Anahí Benítez, aseguró que la casilla allanada donde fue detenido un segundo sospechoso, identificado como Marcos Esteban Bazán, “estaba descripta” en los diarios íntimos de la adolescente, y dijo que había un alambre roto en el trayecto hacia el lugar donde apareció el cuerpo, a 300 metros.
Pérez expresó que la reserva natural de Lomas de Zamora a donde hallaron asesinada el viernes último a Benítez “no es una zona para ir a caminar sola, pero el grupo de amigos de Anahí lo hacía, con esa picardía de ‘estoy en el bosque de noche'”.
Cuando todo se encaminaba a buscar indicios contra Leonardo Agostino, quien al cierre de esta edición iba a prestar su indagatoria, surgió un nuevo sospechoso: un hombre de 34 años que vive en una casilla pegada a la estación Santa Catalina del ferrocarril Roca, a unos 300 metros de donde el viernes apareció desnudo y semienterrado el cuerpo de Anahí.
Una versión indica que estos rastros serían restos de comida similares a los que tenía la adolescente asesinada en su estómago y que aún no había digerido (arroz con verdura).
