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Con el fin de eliminar los focos de sospecha que genera la Fuerza de la provincia por el crimen del oficial Lucas Muñoz, el gobernador de Río Negro, Alberto Weretilneck, anunció el desplazamiento de la cúpula policial y la intervención de la Unidad Regional III. Se anunciaron más cambios para la semana que viene.
De esta manera, el gobernador intenta disminuir el daño que este caso le ha generado a su imagen dentro de la provincia.
Por el momento, la hipótesis que maneja la Jefatura de Policía de Río Negro y el Gobierno es que Muñoz participaba en las acciones de un grupo de narcopolicías y que fue secuestrado por otra banda, también compuesta de agentes, para enviarles “un mensaje mafioso y una lección rotunda”.