La familia de Ezequiel Garay, el joven de 18 años que ingresó a la Policía de la Rioja y falleció tras ser sometido a un entrenamiento extremo, denunció a seis cadetes de 2° y 3° año que habrían participado de los mismos.
La familia aseguró que los estudiantes de años superiores fueron los ejecutores de las torturas ordenadas por sus jefes. En el marco de esta causa ya hay ocho personas detenidas: cuatro comisarios y cuatro instructores. Todos están acusados por homicidio, según indica el cambio de carátula que se realizó tras la muerte de Garay.
El abogado de la familia de la víctima, José Azcurra, expresó que esta situación en los entrenamientos era “algo conocido” y que podría haberse evitado. Luego precisó: “En la parte posterior hay una cancha de básquet que se conoce como la sartén, por las altas temperaturas. Los tenían horas de plantón bajo el sol y los han hecho arrastrar. Hay mujeres con pechos quemados”, contó.
En cuanto a la muerte del joven de 18 años, las pericias médicas determinaron que fue causada por una deshidratación que generó una insuficiencia renal y, como consecuencia, una falla orgánica general.
Por otro lado, familiares, amigos y habitantes de localidades vecinas y de la capital riojana despidieron los restos de Garay en Portezuelos, su pueblo natal. Además, de efectuarse el velatorio, se reclamó justicia por la muerte de la víctima.
La familia también estuvo acompañada por el abogado Azcurra, el secretario de derechos humanos, Délfor Brizuela, el ministro Juan Luna, y miembros del ejercito – ya que uno de los hermanos del joven fallecido pertenece a dicha fuerza-.
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