Tras pasar 12 años presa, en el mes de diciembre la Corte Suprema absolvió a la docente María Antonia Gauna por el homicidio de su esposo Omar Carlos Bartolelli. Fue tras encontrar una tardía prueba de su inocencia.
Nueve meses después le asignaron un fiscal a la causa. “Dios me dejó viva para luchar para que el asesino de mi marido esté en una cárcel, en el lugar donde yo jamás debería haber estado“, dijo la docente que ahora pedirá ampliar su declaración y señalar por el crimen a un familiar de su marido al que apuntó desde el primer momento.
“María no puede entrar a su casa a recuperar sus cosas. Y necesitamos una orden del juzgado“, dijo el abogado, consciente de que el tiempo que pasó conspira contra las posibilidades de encontrar al responsable. “Lidiamos con muchos años que transcurrieron desde el día del crimen. Y lo que no se hace en los primeros diez días no se recupera más“.
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