Aníbal Acosta era subinspector de la Policía bonaerense y lo mataron de tres balazos en el estacionamiento del hospital Simplemente Evita, en González Catán. Había ido a preguntar por el estado de un comerciante al que habían baleado horas antes durante un robo, pero se encontró con los ladrones.
El subinspector reconoció el auto de los delincuentes y después los vio. Le dispararon dos tiros en el pecho y un tercero en el abdomen.
Acosta había ingresado a la Bonaerense en 2005. Tenía 31 años y era papá de tres nenas. Lo operaron dos veces pero no pudieron salvarlo debido a la gravedad de sus heridas.
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