Se llevó la recaudación y el celular de la dueña del comercio.
La dueña de una pescadería fue asaltada por un joven, con la cara parcialmente cubierta por una gorra, que entró al local simulando ser un cliente. Se terminó llevando toda la recaudación.
Víctima y el ladrón, tuvieron un breve diálogo que antes de escapar con el dinero se despidió de ella con un beso, y le dijo: “Lo necesito, ma”.
El delincuente le preguntó primero por un precio a la comerciante, pero cuando ella fue hasta una de las heladeras para verificar los valores, se abalanzó sobre la caja registradora y le advirtió: “Esto es un robo, pasame todo, pasame la plata, dale, dale, dale”.
La víctima no se resistió, le entregó su celular y el dinero que había dentro de la caja al delincuente.
Ya con el botín en su poder, se acerca a la mujer y le da un beso en la mejilla. “Lo necesito, ma; ya sé que no puedo pero lo necesito”, dijo.
“Porque lo necesito. Quedate tranquila, ya está”, volvió a justificarse él y escapó.
Pasó en Quilmes.
