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25 de abril, 2024

María Marta García Belsunce. “Le tengo miedo a Pachelo”. Se lo dijo la víctima a una amiga.

“En el baño había olor a sangre”. Testimonio de la mujer que limpió la escena del crimen.

Nora “Pichi” Burgues de Taylor, una de las mejores amigas de María Marta García Belsunce y vecina del country Carmel de Pilar, declaró en el juicio por el crimen que la víctima le confesó que le “tenía miedo” a Nicolás Pachelo.

La veterinaria ya había brindado su testimonio tanto en el primer juicio de 2007 al viudo Carlos Carrascosa, como en el de 2011 a los familiares y allegados por encubrimiento, dijo que se sabía que él había sido el autor del secuestro extorsivo del perro labrador “Tom” que era la mascota de María Marta y de su esposo.

“Se comentaba que el perro estuvo unos días en el lavadero de Pachelo pero María Marta no quería decir nada”, declaró.

“María Marta me dijo: ‘Le tengo miedo a Pachelo'”, afirmó la testigo frente a los jueces Federico Ecke, Osvaldo Rossi y Esteban Andrejin.

La mujer dijo después supieron que el perro estuvo “en una guardería y lo había dejado Pachelo” y que luego una familia lo adoptó y “nunca más apareció”.

La veterinaria cargó contra el fiscal de instrucción Molina Pico, denunciado ya esta semana por presunto “encubrimiento agravado” por presuntamente favorecer a Pachelo: “Tuvimos la desgracia de tener un fiscal como Molina Pico. Es un soberbio. A mí me embaucó ese fiscal porque me imputó por cosas que yo no hice”.

Taylor fue una de las primeras acusadas de “encubrimiento” por Molina Pico al inicio de la instrucción, aunque luego terminó sobreseída.

La empleada doméstica Ema Benítez relató las tareas de limpieza que hizo en el cuarto y en el baño luego de la muerte de María Marta.

Aseguró ante el tribunal que “María Marta y Carrascosa se llevaban muy bien” y que con ella “eran excelentes personas”.

“María Marta se ocupaba de los comedores de mi barrio y mi trabajo era el de inspeccionar el lugar, la cantidad de personas que iban a comer”, señaló.

La empleada de la casa, Mirta Molina, la llamó para avisarle que “María Marta se había caído de la bañera y había muerto”.

Benítez declaró que antes de que la familia se fuera al cementerio para la inhumación, le preguntaron con quién iba a ir y ella decidió quedarse en la casa ayudando en las tareas de limpieza a Molina.

“Limpié el baño y el cuarto donde la velaron. La almohada estaba llena de sangre. Entonces traje una bolsa de residuos y la tiré. Nadie me indicó nada”, dijo.

“En el baño encontré la camisa de ella con un poco de sangre que estaba dentro de un mueble”, señaló

Según la testigo, “en el baño había olor a sangre”, por lo que limpió “abajo del inodoro con detergente y lavandina”, y “con un cuchillo sacaba sangre de los bordes del desagüe”.

Declaró Sergio López, vecino del Carmel desde 1995 y exmiembro de la subcomisión de seguridad y de la comisión directiva, quien se refirió a que hubo dos casos previos al homicidio de robos que fueron los domingos a la tarde, uno de ellos de unos palos de golf.

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