Tras las pericias balísticas, Sebastián Arrechea, abogado que representa a Gustavo Pastorizzo, papá de Fernando, explicó la conclusión de las pruebas fue que el primer disparo de Nahir fue «por contacto débil» en la espalda, es decir, a quemarropa. En cuanto al segundo, fue «a 50 centímetros, cuando estaba costado en el piso con el pecho de frente».
En una de sus declaraciones, Nahir, de 19 años, confesó que sabía usar armas y explicó cómo la manipulaba: «Primero se saca el seguro y luego se agarra de arriba, se tira hacia atrás y se suelta y así está listo el arma. Yo sola cometí el hecho. Yo le disparé».
El hecho sucedió cuando Fernando, de 20 años, viajaba en su moto junto a Nahir la madrugada del 29 de diciembre en Gualeguaychú, Entre Ríos. La joven relató que después de disparale a Pastorizzo regresó a su casa, dejó el arma de donde la había sacado sin que su papá se diera cuenta y se acostó a dormir.
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TRIBUNA ABIERTA