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26 de julio, 2024

Iglesia. “A muchos abuelos se les presenta el drama de elegir entre comer y comprar remedios porque la jubilación no alcanza”. Crítica al Gobierno.

Duro comunicado de la Conferencia Episcopal Argentina.

La Conferencia Episcopal Argentina (CEA) realizó un duro diagnóstico de la situación social que vive el país, al cual calificó como “tiempos complejos”, y cuestionó el cierre comedores comunitarios, la situación de los jubilados y los despidos.

La declaración fue firmada por los obispos de todo el país que participaron de la 124° Asamblea Plenaria, encabezada por el presidente de la CEA, Monseñor Oscar Ojea. “Desde hace décadas vivimos tiempos difíciles en nuestra querida Argentina. Hay muchas situaciones que atentan contra la dignidad infinita de la persona humana”, dice el escrito.

La crítica apunta a la gestión del presidente Javier Milei en relación con los sectores más vulnerables de la sociedad y señala: “A muchos abuelos y abuelas se les presenta el drama de elegir entre comer o comprar los medicamentos porque la jubilación no alcanza; cierran comedores comunitarios por falta de asistencia y muchos vecinos se quedan sin la posibilidad de esa comida del día”.

La Iglesia también apuntó contra la “discontinuidad de políticas de integración de barrios populares” y alertó por “avance silencioso del narcotráfico” desde hace décadas en el país.

Monseñor Oscar Ojea, obispo de San Isidro y presidente de la CEA.

El comunicado completo:

  • “Desde hace décadas vivimos tiempos difíciles en nuestra querida Argentina. Hay muchas situaciones que atentan contra la dignidad infinita de la persona humana, como, por ejemplo: avanza la pandemia silenciosa del narcotráfico, que utiliza a los pobres como material de descarte, que promueve el sicariato, que seduce con dinero manchado de sangre a miembros del ámbito político, de la justicia y del mundo empresarial”.
  • “A muchos abuelos y abuelas se les presenta el drama de elegir entre comer o comprar los medicamentos porque la jubilación no alcanza; cierran comedores comunitarios por falta de asistencia y muchos vecinos se quedan sin la posibilidad de esa comida en el día; se ataca la vida inocente que no ha nacido, y, a la vez, la igualmente sagrada vida de millones de niños y niñas ya nacidos que se debaten entre la miseria y la marginación”
  • “Asistimos a la discontinuidad de políticas públicas de integración de barrios populares, logradas con el consenso de gobiernos de distintos signos políticos y representantes legislativos; también familias despojadas de su tierra natal en beneficio de intereses económicos; hermanos que pierden su trabajo, que sienten que su vida está de sobra, y que no pueden poner el hombro en la
    construcción de la Patria”.
  • “Son tiempos complejos, por momentos contradictorios, en los que conviven una esperanza y paciencia honda de nuestro pueblo, que habla de su grandeza de corazón, con una incertidumbre y una creciente vulnerabilidad de las personas”.
  • “San Alberto Hurtado decía que en tiempos difíciles no nos tenemos que cansar de amar a los demás y de alegrar sus vidas”.
  • “Advertir sus heridas y vivirlas en proximidad y cercanía. Tomar partido por los más frágiles, defender su dignidad, implicarnos personalmente en sus gozos y esperanzas, en sus sufrimientos y problemas”.
  • “Darnos la mano, no soltarnos, unirnos más que nunca, porque como decía el Papa Francisco en el mensaje para la Jornada Mundial de los pobres del 2020: Tender la mano hace descubrir, en primer lugar, a quien lo hace, que dentro de nosotros existe la capacidad de realizar gestos que dan sentido a la vida”.
  • “¡Cuántas manos tendidas se ven cada día! ¡Cuánto bien que cotidianamente se realiza en el silencio y con gran generosidad, fruto de la bondad de los santos “de la puerta de al lado”, de aquellos que viven cerca de nosotros y son un reflejo de la presencia de Dios!”.
  • “Pero también, ‘tender la mano al pobre’ (cfr. Si 7, 32) destaca, por contraste, la actitud de quienes tienen las manos en los bolsillos y no se dejan conmover por la pobreza, y los que tienen las manos manchadas por la complicidad”.
  • “La alegría cristiana no es euforia, no es éxito, no es placer, no es un optimismo ingenuo, ni estar siempre bien. La verdadera alegría tiene que ver con el sentido de la vida, con la experiencia de tener un horizonte”.
  • “En el actual contexto económico y social argentino es fundamental sostenernos en esa alegría, una alegría profunda y duradera, la que nace del encuentro con el Señor. Es una alegría que nos libera de la desesperanza y del desaliento, evitando transformarnos en profetas de calamidades que sólo desparraman pánico y angustia”.
  • “Estamos convencidos que el amor con gestos concretos y la alegría son el anuncio más explícito del Evangelio en una sociedad que parece vivir en el constante enfrentamiento, donde priman el individualismo y una libertad sin amor”.

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