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21 de noviembre, 2024

Presidente de la AMIA. “No hay grises, nos han decepcionado todos”. Cuestionamiento al feminismo, Unicef y la Cruz Roja.

Pedimos a este Gobierno que la causa sea de una buena vez una verdadera cuestión de Estado“.

Amos Linetzky, presidente de la AMIA, dio un fuerte discurso en el acto central por los 30 años del atentado a asociación mutual israelita.

  • “Parece mentira que hayan pasado 30 años desde aquella fría mañana del 18 de julio de 1994, 30 años sin una sola persona respondiendo por este ataque, en los que el Estado argentino ha mirado para otro lado, colmado de falencias, demoras y errores”.
  • “Tuvo una pobre actuación de la fiscalía dedicada exclusivamente a la causa AMIA, con la mayor cantidad de empleados del país trabajando en un solo caso pero que no ha generado avances significativos en los últimos 10 años”.
  • Países como Qatar, Rusia, Siria, Bolivia y Nicaragua permitieron que personas acusadas pasen cómodamente por sus fronteras, violando las alertas rojas de Interpol y, en algunos casos, recibiéndolos con honores”.
  • “A los terroristas se los llama terroristas, no hay lugar para los eufemismos. Pedimos a este Gobierno que la causa sea de una buena vez una verdadera cuestión de Estado“.
  • 30 años sin que nuestro poder legislativo reaccione y actualice nuestra legislación. ¿Cuántas décadas más tienen que pasar? ¡Hagan su trabajo!“.
  • “Estos años dejaron como triste saldo el asesinato del fiscal Alberto Nisman, que apareció muerto con un disparo en la cabeza antes de presentarse a realizar su denuncia ante el Congreso. No entendemos por qué la Justicia no ha sabido o no ha querido terminar de esclarecer su muerte”.
  • “No fueron suficientes las decenas de mujeres mutiladas y vejadas para que las agrupaciones feministas extiendan su sororidad cuando se trata de mujeres judías. Quizá las consignas Ni una menos o Yo Te Creo, tengan una letra chica que no leemos que dice ‘salvo que seas judía’”.
  • “No fueron suficientes los niños asesinados o que quedaron huérfanos para que Unicef muestre algo de dignidad y algún mínimo grado de preocupación”.
  • “No fueron suficientes los gritos desesperados de familiares para que la Cruz Roja pueda llevar medicamentos a personas secuestradas que necesitaban tratamientos. Una Cruz Roja con tanta expertiz histórica en la falta de compromiso, que no visitaba los campos de concentración nazis“.
  • “No vamos a olvidar ni a perdonar a las personas, organismos internacionales, organizaciones y movimientos sociales que dieron vuelta la cara. No hay grises, nos han decepcionado todos”.

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