Se llevaron dinero, bebidas alcohólicas y cigarrillos.
Un ladrón armado con un arma blanca, acompañado por un nene de 10 años, protagonizaron el robo de un comercio.
Amenazaron a la empleada que se encontraba detrás del mostrador.
Ni bien el delincuente le mostró el arma blanca que llevaba escondido entre sus prendas de vestir, la mujer dio media vuelta y comenzó a caminar hacia el interior del negocio.
El niño se sacó la mochila que llevaba colgada en su espalda, se colocó detrás de la heladera de fiambres y lácteos, y comenzó a guardar productos de valor. También accedió a la caja registradora y sustrajo los billetes que había en su interior.
Luego de llevar a la empleada a la parte posterior del negocio y tomar máquinas de valor, el delincuente regresó al mostrador principal, ayudó a su cómplice menor de edad para robar la mayor cantidad de productos posible y se dieron a la fuga.
Se llevaron dinero que había para pagar proveedores, todos los cigarrillos que estaban a la altura de la criatura, una horma de salame, 10 botellas de fernet en unas bolsas de consorcio, y en una mochila carrito de escuela.
El ladrón le dijo a la empleada para justificar el robo: “Tengo que hacer esto porque mi mujer se muere”.
Pasó en Rosario.