Confesó una situación difícil de su intimidad.
Yanina Latorre contó por primera vez la interna familiar que vive con los padres de su esposo, el exfutbolista y periodista deportivo Diego Latorre, con quien está casada desde hace 25 años.
“Yo padecí mucha humillación. No me saludaban. Eran indiferentes conmigo. Tenía problemas con mis dos suegros. Yo la pasé muy mal. Ellos me decían que yo era p…, que era ladrona”, reveló la periodista en el programa Los Ángeles de la Mañana, que conduce Angel De Brito.
“Mis suegros no vivían de Diego porque ellos estaban bien económicamente, pero a ellos les jodía que yo viva bien. Les jodía que yo gaste, que viva, que disfrute porque la casa era de Diego”, comenzó diciendo. Y detalló: ‘‘Estaba viviendo en Europa y una o dos veces por semana llamaba a mi vieja una hora y media, la extrañaba, y mi suegro me llamó para decirme que estaba gastando mucho de teléfono. Pero yo le dije lo pagás vos o lo paga este corriendo con la pelota”.
“La división de la familia es porque aparecí yo, pero si hubiera aparecido otra mujer era igual. Es la mujer que se lleva a la gallina de los huevos de oro”, consideró.

A su vez recordó los “padecimientos” que pasó cuando se fue a vivir a Europa: “Volví con 15 kilos menos en las primeras vacaciones. Cuando mi mamá me vio, le blanqueé todo. Un día me harté y me apersoné en la casa de mis suegros”.
“Entré y me decían de la guita, que yo era p…, que compré el título, que era más grande que él. Un día me inventaron que me habían chocado el auto porque yo salía de noche borracha. Ellos me habían mandado a romper el auto. Eso fue lo que reventó la relación del todo. Gracias a Dios, Diego estaba enamorado, sabía qué tipo de mujer era yo”, manifestó la panelista.
Por último comentó que ya no tiene ningún tipo de vínculo con los padres del exfutbolista: “Los encaré a los dos y les dije: ‘Yo no soy p…, soy muy p…. Me dedico a ser p… y estoy con él para sacarle la guita y cada noche se lo hago por guita. Pero mucho peor es tener 60 años y pelear con una p… de 20 por la guita de su hijo”.
“Desde ahí nunca más los vi”, concluyó.
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