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12 millones de niñas por año se ven obligadas a casarse, según un informe de Unicef.
Una multiplicidad de factores como conflictos armados, el cambio climático, la pobreza extrema y el coletazo de la pandemia generó que ciertos logros conseguidos se vean amenazados, según un nuevo análisis publicado por la agencia de la ONU.
«En la última década, el mundo está sumergido en una crisis tras otra, que destrozan los sueños y las esperanzas de infancias vulnerables, especialmente de niñas que deberían ser estudiantes, no esposas», dijo la directora ejecutiva de Unicef, Catherine Russell.
«Las crisis económicas y sanitaria, la escalada de conflictos armados y los devastadores efectos del cambio climático forzaron a las familias a escudarse en un falso sentido de refugio en el matrimonio infantil. Necesitamos hacer todo lo que esté a nuestro alcance para asegurarnos de que se cumplan sus derechos a la educación y a vidas empoderadas», agregó.
Quienes sufren el matrimonio infantil padecen consecuencias inmediatas y de por vida, ya que corren más riesgo de abandonar la escuela y quedar embarazadas de manera prematura, lo que a su vez puede aislar a las niñas de familias y comunidades, y aumenta la probabilidad de sufrir complicaciones psicológicas y físicas.
Las niñas que viven en entornos más vulnerables son más proclives a convertirse en esposas de niñas que el promedio mundial de jóvenes.
TRIBUNA ABIERTA