Estuvieron los príncipes de Gales, herederos al trono.
Casi dos meses después de ser consagrados en la Abadía de Westminster de Londres, los reyes Carlos y Camila recibieron los Honores de Escocia, una especie de segunda coronación que ha tenido lugar en la catedral de St. Giles de Edimburgo.
La nación más septentrional de las cuatro que forman Reino Unido ha presentado al monarca y su esposa las joyas de la Corona escocesa compuestas por una corona, un cetro y una espada hechos de oro, plata y piedras preciosas, y que son las más antiguas de Gran Bretañ.
Junto a ellos estuvieron los príncipes de Gales, herederos al trono.
Horas antes de la ceremonia, han sido muchos los vecinos y curiosos que se han agolpado a lo largo de la calle Royal Mile de Edimburgo para no perderse la procesión en la que han participado unas cien personas que representan diferentes aspectos de la vida escocesa.
El centro de Edimburgo fue blindado por efectivos de seguridad y fuerzas especiales de la Policía que incluían a francotiradores.
La procesión real, con los Reyes, ha partido del Palacio de Holyroodhouse hasta la Catedral. Los Reyes y el príncipe William, este último con uniforme de la Real Fuerza Aérea, han acudido ataviados con las túnicas de la Orden del Cardo, el más alto honor y la segunda en importancia en Reino Unido después de la Orden de la Jarretera.
Kate Middleton optó por reciclar un vestido-abrigo de Catherine Walker y un tocado de Phillip Treacy junto con un collar de Isabel II.
En Escocia, los príncipes de Gales son conocidos como duques de Rothesay, un título que es inherente a los herederos del trono escocés y que desde la unión con Inglaterra también tienen los herederos al trono británico. Los cuatro se han sentado juntos en el interior de la catedral.
El propio Carlos III ha encargado cinco nuevas piezas musicales, incluida una compuesta en gaélico, con la que se ha querido reflejar la historia y la cultura escocesas con artistas representativos de la Escocia contemporánea.
El conjunto coral de Honores de Escocia está formado por músicos de la Orquesta de Cámara Escocesa, el Real Conservatorio de Escocia y la Orquesta de Ballet Escocesa, de las que Carlos fue patrono en su época de príncipe de Gales. Se han podido escuchar piezas de Handel, McDowall, McMillan, McCunn o Robert Burns.
Poco antes de que los Reyes recorrieran Royal Mile en automóvil, las joyas de la Corona de Escocia han salido del Castillo de Edimburgo en procesión rumbo a la Catedral.
También está la nueva espada de la reina Isabel, encargada de reemplazar a la del Estado, algo estropeada por el paso del tiempo ya que data de la época del rey Jaime IV de Escocia (1473-1513).