Su familia quiso que sea sin cámaras para no generar más tensión.
La Policía francesa detuvo a más de 1.300 personas en la cuarta jornada de protestas y disturbios tras el caso de “gatillo fácil” por el que murió un adolescente de 17 años, que fue inhumado.
Fue en intimidad a pedido de su familia, para no exacerbar todavía más la tensión. Sin cámaras.
Pero si una multitud se congregó ante la funeraria en una mezquita.
Las manifestaciones comenzaron en el municipio de Nanterre a raíz del crimen de Nahel, al que un policía le disparó a quemarropa durante un control de tránsito.
La muerte de Nahel, cuya familia es oriunda de Argelia, agitó el debate sobre la violencia policial en Francia, donde en 2022 murieron 13 personas en circunstancias similares, y generó críticas a las fuerzas de seguridad, percibidas como racistas por una gran parte de la población.