El papá de Felipe en su defensa sostiene que llegó a pedirle matrimonio.
Corinna Larsen reclama 126 millones de libras Juan Carlos rey emérito de España en concepto de daños y perjuicios por la supuesta campaña de acoso que comenzó en 2012 ante su negativa a devolver los casi 65 millones de euros transferidos “por gratitud y amor”.
Según reveló el nuevo abogado del padre del rey y experto en difamación Adam Wollanski en el arranque de las cuatro vistas preliminares en el Tribunal Superior de Londres. El abogado recalcó que el caso no tiene “perspectivas reales” de prosperar ante la justicia británica.
Corinna escuchó los argumentos de la defensa del Emérito para pedir que se desestime su demanda por la inconsistencia de sus argumentos y por considerar que “no hay jurisdicción” para un caso “muy complejo” y con referencia a hechos que ocurrieron en su mayor parte fuera del Reino Unido.
La sesión fue de alguna manera un “volver a empezar”, tras la concesión de la inmunidad parcial al Emérito sobre los hechos ocurridos hasta su abdicación el 18 de junio del 2014.
El abogado intentó desacreditar a Corinna asegurando que se han producido hasta 12 variaciones de la demanda inicial y las contradicciones en que ha incurrido desde entonces, insistiendo en cómo su relación con el Rey emérito se mantuvo durante gran parte del período en que ahora alega que se produjo el acoso.
Wollanski reconstruyó los detalles de la relación desde el famoso safari en Bostwana en el 2012, recalcó cómo el ex marido de Corinna (Philip Adkins) fue un amigo común y recordó el impacto que tuvo en los medios españoles a partir de ese momento.
El abogado habló largo y tendido del así llamado Lucum Gift, el “regalo” de 65 millones de euros que rey Juan Carlos llegó a hacerle y ella reconoció haber invertido principalmente “en propiedades”.
Recordó cómo el Rey emérito llegó a pedirle matrominio y puso el énfasis en cómo la relación afectuosa se mantuvo con los años, con una referencia muy concreta a las declaraciones de la propia Corinna a varios medios, entre ellos EL MUNDO, asegurando que Juan Carlos “seguiría siendo un amigo para siempre”.
El abogado utilizó dos veces la palabra “blackmail” (“chantaje”) a la hora de ilustrar la actitud de Corinna y recalcó cómo fue cambiando sus acusaciones, contra facciones dentro de la Casa Real, contra el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) o contra su ex director Félix Sanz Roldán, para acabar personalizando sus alegaciones contra el propio Juan Carlos.
Wollanski intentó rebatir una por una las once supuestas variantes de “acoso” alegadas por Corinna para intentar demostrar que no hubo una “opresión persistente”, ni un daños personales o a su reputación.
Los abogados de Corinna insistirán en las competencias de la justicia británica, ya que gran parte los hechos que se alegan -como su encuentro con Juan Carlos I en septiembre del 2014 en un hotel londinense o las intimidaciones sufridas en su propia casa en las inmediaciones de Birmingham- ocurrieron precisamente en el Reino Unido.