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26 de julio, 2024

Kenia. 201 muertos y 610 desaparecidos vinculados a una secta.

El pastor detenido les decían a sus seguidores que debían dejar de comer para reunirse con Jesús.

La cifra de muertes relacionadas con una secta del fin del mundo en Kenia subió a 201 después que la policía exhumara 22 cadáveres más, la mayoría con señales de inanición.

Se cree que los cuerpos pertenecen a los seguidores de un pastor que radica en la costa de Kenia, Paul Mackenzie, quien se sospecha que les ordenó a los congregantes morir de hambre para reunirse con Jesús.

610 personas siguen desaparecidas.


Mackenzie sigue detenido. La policía planea presentar cargos en su contra por delitos relacionados con actos terroristas.

Cientos de cadáveres han sido desenterrados de docenas de fosas comunes desperdigadas en su propiedad de 320 hectáreas, ubicada en el condado costero de Kilifi.

Mackenzie insiste que cerró su Iglesia en 2019 y se mudó a su propiedad en una zona boscosa para dedicarse al cultivo.

Las autopsias muestran que las víctimas murieron de inanición, estrangulación, sofocación y lesiones sostenidas por objetos contundentes.

No está claro cuántos sobrevivientes han sido rescatados hasta el momento en los operativos de búsqueda en la extensa propiedad de Mackenzie. Algunos de ellos estaban demasiado débiles para caminar cuando fueron encontrados.

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