Continúa detenido acusado de privación ilegítima de la libertad, amenazas agravadas por el uso de arma de fuego y tenencia de estupefacientes.
Elián Valenzuela, L-Gante, declaró ante la justicia en una audiencia indagatoria que duró 2 horas.
Fue en la sede de la fiscalía N° 9 de General Rodríguez. Se negó a responder preguntas del fiscal Raúl Villalba y se limitó solo a contar su versión de los hechos.
El cantante aseguró en su declaración, que en la madrugada de aquel día realizó un espectáculo en un boliche porteño, y que al mismo tiempo . su círculo íntimo de amigos al que llama “La Mafilia” tuvo un altercado en la puerta del local nocturno Rio de Gral Rodríguez.
En ese lugar, el grupo de amigos se subió a un vehículo estacionado en la vereda y avanzó, momento en que casi atropellan a una vecina de 53 años.
Ante esa situación, interviene otro vecino (G.T.) y comienza una fuerte discusión con “La Mafilia” .
“Cuando yo digo que voy a ir para allá, me entero de que había surgido esta pelea en el boliche. Me comentaron que esta gente, G.T., sus familiares, los funcionarios municipales, R. (la mujer de 53 años) tuvieron una pelea con mis amigos”.
“Hicieron un acto de vandalismo hacia un auto de un amigo mío. Esto es lo que me comentaron”.
“Se acercó el patrullero (cuando llegó a Gral. Rodriguez y bajo a comprar cigarrillos en un kiosco), se bajó un oficial y antes de que yo le dijera algo él me dice: ‘Sí, ya sé, es por el quilombo de tu casa del barrio’. Al decirme eso, arrancamos a la vez, varios patrulleros y yo en el BMW blanco”.
“Frené a la altura de su casa (de G.T.). Ahí se me acercaron sus hijos, su esposa y demás gente que lo acompañaba en el boliche y en la pelea que tuvieron”.
“Se acercaron a la ventana y fue un alboroto de que todos querían hablar a la misma vez, me querían hablar. Yo jamás bajé del auto”.
“Mi reacción ahí era ignorar a sus hijos, esposa y demás personas, yo solo quería hablar con G.T. de macho a macho, esas fueron mis palabras. A la vez, le preguntaba quién había tirado tiros en mi casa, a lo que respondían que ellos no tienen armas”.
“A todas esas palabras, una encima de la otra, G.T. se sube del lado derecho de la parte trasera del BM”.
“Entonces arranco el auto. Comenzamos a hablar con G.T. Le preguntaba qué fue lo que pasó, quiénes se pelearon y el por qué. Él me dijo: ‘Vamos a lo de R’. Cuando llegamos, estaba ella y le digo a R. que, si podía ascender al auto, así teníamos esta charla y yo lograr comprender cuál era el conflicto que había sucedido mientras no estaba. Que también era lo que G.T. quería lograr, aclarar las cosas”.
“Luego de partir de la casa de R., paso por mi casa donde estaban todos los patrulleros y mis amigos, hablo con la Policía. Estando G.T. y R. y un pibe que me traje del boliche que me estaba acompañando en el auto, le digo por la ventana y en forma chistosa ‘el que estaba haciendo quilombo es este’, señalando a G.T. que estaba atrás. Se rieron”.
“Esta vez nos dirigimos al lado céntrico de Rodríguez, tomando el recorrido del paso a nivel de la zona del cementerio de General Rodríguez. A todo esto, charlando. Yo notaba a R. muy presionada, porque lo sé y porque ella misma me lo hizo saber, de que estaba a favor de las palabras de G.T., por temor a que G.T. la deje sin trabajo”.
“A todo esto, charla y discusión entre ellos, llega un momento en el recorrido que tomo Ruta 6 para retomar el recorrido con dirección a Rodríguez nuevamente, pero por del lado de Acceso Oeste”.
“Si mi memoria no falla, bajé de Acceso Oeste en la bajada que está a la altura de la estación de servicio Puma y la fábrica de La Serenísima, de los camiones. El semáforo estaba sin funcionamiento y en el cruce del semáforo había un control policial, que estaban los conos, el patrullero y un solo personal vi yo en ese operativo, al cual no era la intención frenar ahí”.
“Seguimos. Pasé por el exterior de la DDI y en todo ese recorrido -ya una vez que habíamos bajado el Acceso Oeste, veníamos charlando lo mas bien- ya nadie estaba nervioso ni nada”.
“Llegamos a la estación de servicio YPF, la cual al lado derecho tiene una agencia de remises de nombre A.C., al ya haber hecho las pases, supuestamente, y haber aclarado todo lo que era una discusión de G.T. y R. y lo que G. T. me decía a mí, yo dije: “Bueno, no me importa, quería saber como había sido todo”.
“Me dijeron que no me haga drama. Les dije: “Bueno, los bajo acá si no hay problema”. Me dijeron que no, le doy cuatro mil pesos, primero desciende G.T. Yo le doy los cuatro mil pesos a R., y vuelvo a encender el vehículo y me vuelvo a mi casa del country”.
“Entro a mi casa, o sea al barrio privado, y ahí fue que descendí del vehículo y me fui a dormir en mi casa. Serían tipo nueve u ocho de la mañana”.
“Me despierto y voy al barrio Bicentenario, pasé por la barbería de mi amigo, que es en frente de mi casa, y ahí me habrían llegado los rumores de que todo este conflicto había tomado una exageración y había sido llevado a la legalidad y problemas judiciales. Con esos rumores me enteré que fueron a denunciar y a decir esto”.
“Me encontré con M. y le dije si quería venir a dar unas vueltas conmigo. En el momento que estoy partiendo de la casa de él, R. venía caminando por la esquina hacia su casa”.
“Yo ya iba circulando, no recuerdo si estaba en moto o en auto, creo que iba en moto, si. Freno a saludar a R. y, en ese momento, le digo: “Qué quilombo el de ayer”. Y ella me dice: “Si, G.T. me vino a buscar para ir a hacerte la denuncia y que yo de mi declaración”.
“¿En serio? ¿Y qué declaraste? R. me cuenta su declaración, su supuesta declaración, diciéndome que G.T. la había ido a buscar para denunciarme y le dijo qué tenía qué decir: que yo tenía olor a alcohol, que estaba alterado y que tenía un arma”.
“Creo yo que si una persona estaba obligada… Tranquilamente tuvo la oportunidad de decirle algo a los policías, ya que habíamos frenado ahí (cuando pasaron por la DDI)”.
“También R. me dijo que había declarado que yo amenazaba con golpear a G.T., pero que en ningún momento le había dado un golpe o algún contacto. Que eso había sido lo que querían que diga y lo que dijo. Yo no le dije nada a R., aunque por dentro no lo podía creer y volví hacia la barbería, pase la tarde ahí, con mi hija”.
“Lo que dio a entender M. en su declaración, lo que me hirió sentimentalmente por mi amistad con él, es que estaba junto a G.T., tratando de resolver el conflicto de quien había hecho los disparos”.
“Llega el momento en el que llegaba yo, por un lado, y por otro lado, los patrulleros de color rojo. Si yo me pongo a estudiar cómo fue todo, G.T. e hijos y demás personas estaban cruzando la plaza dirigiéndose hacia su casa, mientras señalaba a los patrulleros mi casa, que ese fue el momento que yo me detengo en la calle, y logro tener el encuentro con G.T. Lo demás esta todo explicado previamente”.
“Eran de extrema confianza mía y conocidos, convertidos en familia amiga desde el momento que yo llegue al barrio. Una de mis seguidoras número uno (la esposa de G.T.), o lo era, participa en videos que están a estrenar, míos”.
“Cada acercamiento que hizo (G.T.) fue para pedirme dinero, para pedirme que lo acompañe en ollas populares, para pedirme que lo acompañe a regalar golosinas, junto al intendente el día de los Reyes Magos y para hacer campaña política junto a él y sus superiores (a lo que siempre se negó)”.
“Me apetece para regular el estrés (la marihuana). Nada mas que agregar, fin”.
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