“(Interpongo) este hábeas corpus por agravamiento de las condiciones de detención al no tener acceso a la luz solar, por falta de atención médica y por no poder masturbarme en la intimidad”, escribió de puño y letra, Ibar Pérez Corradi, detenido por una causa de tráfico de efedrina e investigado por conexiones por el triple crimen de General Rodríguez.
Además de esta nueva exigencia, Pérez Corradi pidió que se duplicara el tiempo de recreo, que las visitas sean recibidas en un lugar diferente al de los demás internos y que su entrada se hiciera por un lugar especial evitando que los demás los vean. En otro punto del escrito señaló que no podrá llevar a cabo la actividad designada en el taller de broche de la cárcel debido a que “tiene las manos sensibles” después de haberse querido borrar las huellas dactilares con ácido para no ser identificado.
Esta no es la primera vez que el detenido exige ciertas condiciones en su estancia en la cárcel, con anterioridad había pedido un baño nuevo y exclusivo para que los demás internos no estuvieran cuando se duchaba.
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