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11 de septiembre, 2024

Príncipe Andrés. Se niega a abandonar la mansión en la que vive pese a que su hermano el Rey Carlos se lo ordenó.

Andrés el “royal” con peor reputación de la realeza vive en una “casita” de 30 habitaciones valuada en 35 millones de euros.

Royal Lodge, la magnífica mansión que fuera durante décadas residencia de la reina madre y que ha pertenecido a los Windsor desde hace generaciones, se ha convertido ahora en todo un campo de batalla entre Carlos III y su hermano, el príncipe Andrés.

El monarca reclama que su hermano abandone cuanto antes la casa que ahora comparte con su ex esposa, Sarah Ferguson. Al príncipe Andrés se le ha pedido en repetidas ocasiones que abandone la residencia valorada en 35 millones de euros y que dispone de 30 habitaciones, para dejar paso a los príncipes de Gales.

Pero teme que, si se muda temporalmente, no pueda volver.

Situada en Windsor Great Park, un parque real de casi 2.000 hectáreas​ ubicado en el sur de la ciudad de Windsor, la mansión ha sido el hogar del duque de York durante dos décadas.

El royal firmó un contrato de arrendamiento a largo plazo sobre la propiedad, que se niega a desalojar.

Carlos III opina que tendría más sentido que su hermano menor se mudara a Frogmore Cottage, el que de momento sigue siendo hogar de los duques de Sussex.

De hecho, el príncipe Harry se alojó allí durante las tres noches que pasó en Londres con motivo de su mediático juicio contra la editora de ‘The Mirror’.

Según una fuente cercana a él que cita el ‘Daily Mail’, el príncipe Andres “tiene reparaciones en el tejado programadas para finales de este verano que tardarán varios meses en completarse y se le ha aconsejado que permanecer en la casa durante esas renovaciones podría resultar problemático”.

Pero el temor a que este abandono temporal de su domicilio pueda resultar en un desahucio permanente hace que se resista a hacer las maletas.

La batalla entre el rey y el duque de York sobre Royal Lodge lleva en curso durante meses, después de que surgieran las primeras informaciones de que la propiedad se estaba volviendo demasiado cara de mantener.

A Andrés se le ha recortado su asignación para este año, lo que dificulta cada vez más también el mantenimiento de la enorme mansión. El mes pasado incluso se afirmó que el soberano inglés podría verse obligado a cortar el agua y el gas al Royal Lodge si su problemático hermano se sigue negando a abandonar la residencia a pesar de sus peticiones.

En principio, se fijó un plazo inicial hasta el futuro mes de septiembre para que la expareja desalojara la vivienda, pero más tarde se llegó al acuerdo de que esa fecha era demasiado precipitada.

La duración del contrato de arrendamiento y el hecho de que esté a nombre de Andrés podrían plantear al rey algunos problemas en su intento de trasladar al duque, según asegura también el ‘Mail’.

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