Hasta último momento cumplió con sus deberes oficiales.
Los ciudadanos británicos y los fans de la realeza de todo el planeta se preparan para conmemorar el primer aniversario de la muerte de Isabel II.
La difunta reina pasó a la historia por las siete décadas que ocupó el trono de su país y por su abnegado servicio.
Fue generalizada la admiración y la sorpresa por el hecho de que, tan solo dos días antes de su muerte, la monarca apareciera de pie cumpliendo con sus deberes oficiales.
Pero su determinación para llevar a cabo el acto ceremonial a pesar de su débil salud parece remontarse a una emotiva promesa que hizo en su 21 cumpleaños y que nunca rompió.
Aquel 21 de abril de 1947, la reina, que entonces era la princesa Isabel, estaba de gira por Sudáfrica con sus padres y su hermana menor, la princesa Margarita.
Para conmemorar su histórico cumpleaños, pronunció un discurso por radio desde Ciudad del Cabo, que se retransmitió a toda la Commonwealth.
La joven royal agradeció a la gente sus felicitaciones y habló con cariño de su estancia en Sudáfrica. Al final de su discurso, hizo una importante promesa: “Declaro ante todos vosotros que toda mi vida, sea larga o corta, estará dedicada a vuestro servicio y al servicio de nuestra gran familia imperial a la que todos pertenecemos”.
Cinco años después de pronunciar estas palabras, Isabel se convirtió en reina y las pruebas demuestran que fue una promesa cumplida hasta el final.
Las imágenes de Isabel II y la entonces primera ministra fueron sus últimas fotos.