Si estuvieron sus hijas y sus nietos de parte de ellas.
El cumpleaños del rey emérito Juan Carlos fue en Abu Dabi. Lo pasó junto a sus dos hijas, las infantas Elena y Cristina, y seis de sus ocho nietos.
Su biógrafa e íntima amiga Laurence Debray relató que fue una lujosa fiesta marcada por una gran ausencia.
La escritora francesa cuenta en la revista Hola cómo celebró el padre del rey su 87º cumpleaños, un evento que le permitió sentirse más cerca de casa.
Al emérito le gustaría visitar Madrid en más ocasiones, pero hay un aspecto que se lo impide: “Tener que dormir en un hotel, como un turista de paso, le resulta doloroso”, escribe Debray, que asegura que el exmonarca “no quiere, bajo ningún concepto, interferir en la vida de su hijo ni en el buen funcionamiento de la Corona”.
El emérito “no se deja vencer por la amargura” y disfrutó de un fin de semana junto a sus hijas y sus nietos
Sin embargo, el acto estuvo marcado por una gran ausencia: la del rey Felipe VI, “cuya falta su padre lamenta en silencio”, dice la escritora. También sus hijas, entre ellas la heredera al trono y la reina Letizia.
Aunque parecía que este año la celebración en Abu Dabi había sido más discreta y privada, finalmente las infantas y sus hijos han vuelto a hacer una desafiante exhibición de apoyo a Juan Carlos.
Las fotografías cedidas por Laurence Debray muestran al exmonarca junto a sus familiares desplazados hasta la capital de los Emiratos Árabes.
Cristina, Elena y sus respectivos hijos llegaron a la ciudad el sábado 4 de enero. Esa misma noche cenaron en un restaurante chino del Emirates Palace, el lujoso hotel en el que residió Juan Carlos a su llegada al país.
Al día siguiente, la familia volvería a reunirse en la costa del Golfo Pérsico para disfrutar de una cena a la que también asistieron amigos del rey y autoridades como los embajadores de Portugal y Estados Unidos.
La velada incluyó un espectáculo luminoso con 500 drones que dibujaban figuras en el cielo mientras sonaba la música de Paco de Lucía, un regalo del jeque Mohammed bin Zayed Al Nahyan que convirtió este acto familiar en el homenaje que el rey nunca podrá tener en España tras su abdicación y sus escándalos de corrupción.