Vendieron una empresa fundida y dejaron de pagar a sus proveedores.
La pandemia y el Brexit se llevaron por delante a Party Pieces, la empresa familiar de artículos de decoración para fiestas que la familia de la princesa Kate Middleton lanzaran en 1987 desde la mesa de su cocina y que les llevó a acumular una fortuna.
Tras varios meses de pérdidas, la compañía cambió de manos y los padres de la princesa de Gales, Carole y Michael Middleton se la vendieron a James Sinclair, un empresario británico.
Pero la venta de la compañía no supuso el fin de los problemas para sus acreedores, después de que se publicara que Party Pieces acumulaba una deuda de 2,6 millones de libras.
La empresa que les suministraba el helio para los globos, declaró al diario ‘Daily Mail’: “Lo que más me duele es que yo confié en ella como la suegra del futuro rey y, sencillamente, me traicionó”.
Muchos de estos acreedores siguen sin recibir el dinero que se les adeudaba y se preguntan si van a cobrar.
Según informa el diario ‘The Sun’, en Bucklebury, la ciudad natal de los padres de la princesa de Gales, se colocaron carteles en farolas y árboles para mostrar el descontento de la gente con los antiguos dueños de la empresa de decoración para fiestas.
Paralelamente, las personas a las que Party Pieces sigue adeudando dinero siguen exigiendo a los Middleton que hagan frente a esa cantidad con su sustancioso patrimonio personal. Pero como el matrimonio ya había convertido su empresa en una sociedad de responsabilidad limitada hace tiempo, legalmente no se les pueden exigir responsabilidades personales.