Como hace 23 años hoy recordamos a mi hermano. Hoy plantaremos un árbol, que es el árbol de la paz, para que desde esa estrellita, donde esta con mis viejos, descanse tranquilo.
Hace 23 años que escuchamos algo que jamás hubiéramos querido escuchar por radio.
Y así decía la noticia del último momento de radio Rivadavia, antes del partido de Independiente, que se jugaría esa noche, y que mi viejo y José, eran fanáticos.
Se encontró esposado, muerto y calcinado, al reportero gráfico de la editorial Perfil, de la revista Noticias, JOSE LUIS CABEZAS.
Vino el horror, mi viejos descompuestos, mi hijo Sebastián, el segundo de mis tres hijos, gritaba, mataron a mi tio.
Aunque todavía no sabíamos nada. Pensábamos que era un accidente.
Después la morgue, el entierro, la causa, los testigos falsos, los caminos largos e interminables del juzgado, al que entraba con terror, jueces, empresarios y políticos corruptos pasaban por nuestra vista.
Y los periodistas que fueron nuestros ojos. Nuestra guía de vida nueva, que empezaríamos en ese momento.
Juicio ejemplar. Aunque después lo destruyeron.
Con el tiempo la muerte de mis viejos, doña Norma y don José, que se fueron con su hijo, porque ESTABAN muy tristes.
Hoy, a 23 años, con mi 59 años, con mis hijos crecidos, y ya siendo abuela de tres nietos hermosos. Me dí cuenta que todo el granito de arena que puse con mi familia, no fue en vano.
Pero que sigo pidiendo JUSTICIA como antes, como aquél 25 de enero de 1997.
Invitada
Gladys Cabezas
