MARCELO AREQUIPA. Politólogo. ¿Existen posibles alternativas al problema boliviano?

La velocidad con la que están sucediendo los acontecimientos en Bolivia, obliga pensar más que en salidas legales, en salidas políticas.

Si fuera lo legal aquello que solucione el problema uno podría ir por la vía de la CPE (Constitución política del Estado), entonces se diría que esto va de la siguiente manera:

Artículo 169.
I. En caso de impedimento o ausencia definitiva de la Presidenta o del Presidente del Estado, será reemplazada o reemplazado en el cargo por la Vicepresidenta o el Vicepresidente y, a falta de ésta o éste, por la Presidenta o el Presidente del Senado, y a falta de ésta o éste por la Presidente o el Presidente de la Cámara de Diputados. En este último caso, se convocarán nuevas elecciones en el plazo máximo de noventa días”.

Después de las elecciones del 20 de octubre pasado en Bolivia se constituyeron dos tendencias políticas de oposición a Evo Morales.

La primera tendencia se denomina político-institucional, esta se encuentra a la cabeza del candidato Carlos Mesa quien habría obtenido el segundo lugar en la votación, Mesa propuso en la última semana antes de la renuncia de Evo que se hagan nuevas elecciones generales pero con la condición de que Morales no participara en estas por encontrarse impedido por el Referéndum del 2016.

La segunda tendencia, denominada cívico-territorial, a la cabeza del señor Camacho, líder del comité cívico del departamento/región Santa Cruz. Su agenda encabeza una lógica radical desde el inicio de su aparición; pidiendo renuncias y sin acercarse a un cambio político institucional.

Sin embargo, el movimiento político predominante en las últimas semanas se encuentra más tentado a pedir la renuncia de absolutamente todas las autoridades del poder ejecutivo, legislativo, electoral. Es decir, la agenda Camacho se encuentra imponiéndose por encima de la agenda político-institucional de Carlos Mesa.

En tal ese caso, la urgencia amerita que se realice un acuerdo político express para que podamos tener elecciones el 15 de diciembre próximo.

Nos encontramos viviendo un verdadero vacío de poder, aparentemente la única autoridad que puede poner orden es el actual comandante de las Fuerzas Armadas, general Kaliman; sin embargo, es claro que ese tipo de liderazgo no puede sostenerse por mucho tiempo porque en Latinoamérica llevamos en el ADN la aversión hacia el mando de los militares en la política.

De tal suerte, la iniciativa política está en la oposición, ellos se encuentran frente al gran reto de demostrar que existe un proyecto político serio que puede ir más allá de Evo Morales.

Invitado
Marcelo Arequipa
Politólogo y docente universitario

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