Santo en la Web y en la Red

26 de julio, 2024

Martha Wolff. El debate presidencial fue un pugilato.

 El debate presidencial de ayer fue lastimoso. Se presentaron dos futuros presidentes descartables. Les faltó a los dos el rol de seriedad ante sus propuestas. Fueron al ring a pelear no a debatir y ver quién salía campeón. Fue algo así como el juego del  puchimbol.  El objetivo fue pegarle al enemigo y probar la fuerza de las acusaciones para ver cómo caía y se volvía a levantar. Así Massa  con puño de político avezado le encajaba puñetazos a Milei que  tambaleaba con simpatía para no enojarse y cambiar la bronca por sonrisas. Massa, el castigador, convertido en periodista, le hacía preguntas en vez de hablar de su plan de gobierno engañando a la audiencia con su discurso de futurismo  y progreso.

Analizar a un Milei como contrincante es calificarlo de no tener cintura política ante un cinturón negro como Massa que hasta ahora ganó todas las carreras en las que se metió, menos como Ministro de Economía. Y esa falta de calle, como diría un atorrante de barrio, hizo que éste perdiera la oportunidad de defenderse de los chismes personales de tropiezos en ciertos trabajos al no mostrarlo a Massa por los antecedentes de sus discursos que guarda el archivo de sus críticas a todos y que hoy son sus amores.

 Fue lamentable ver a dos personas tan diferentes. Es como si la pantalla al mostrarlos separados por una raya dijera que uno es el bueno y el otro el malo de la película, algo así como el sheriff ante los bandidos en el Far West argentino.

Massa comenzó de entrada como el ganador y ya elegido presidente tratando a su rival con altivez, según dicen asesorado por un grupo brasilero, creyendo que el carnaval peronista es para siempre. Usó el mismo estilo de convencimiento de progreso y patriotismo peronista de siempre y haciendo el papel del salvador del pueblo argentino, sumido en la pobreza por haberlo regado con el miedo y sobornos al mejor estilo de las dictaduras. Milei no utilizó los recursos que demuestran que en las boletas que envía el partido massista, le agregan el boicot al suyo con la cantinela de la no educación y asistencia de salud, la universidad paga y otros derechos que le van a sacar si no lo votan a él, el Ministro que no tiene amigos ricos ni influyentes ni al sindicalismo a sus pies.

Lo que no hay que olvidar es el slogan de Massa sobre el Papa de lo que dijo Milei, transformándose en un aparente justiciero de su persona, como si fuera un devoto feligrés, y sobre Las Malvinas, dos temas sensibles para calentar conciencias de ser argentino hasta la muerte.

Otra falla muy grande fue no haber sacado a la palestra el tema de los servicios de espionaje y demás yerbas en las que fracasó la ronda de mate amargo en ese lastimoso debate.

Creo que asistí a un capítulo más de aquel programa de televisión que se llamaba: “Si lo sabe cante” pero este se auto tituló  “Si lo sabe hable, diga, denuncie, ataque”.

“Votar o no votar”, that is the question. Hay que votar para que todo cambie. Todos debemos ser fiscales. Las personas de bien merecen tener una oportunidad…

INVITADA
Martha Wolff
Periodista y escritora

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