Santo en la Web y en la Red

19 de abril, 2024

MARTHA WOLFF. Huelen mal los allanamientos.

En los allanamientos e incautaciones que se están realizando en el partido de Tigre, para encontrar a los que proveyeron de datos para amedrentar al Presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, después de su actuación entre los presentes y virtuales representantes en una sesión escandalosa, es un camino peligroso hacia la dictadura. Llama la atención que se tenga tanto detectivismo sobre un hecho democrático en un país en el que asesinaron a un fiscal porque iba a denunciar a la ex Presidenta Cristina Kirchner.

La realidad de lo que están haciendo es lo que había propuesto Juan Grabois y Horacio Verbitsky de tomar las chapas de los que desfilaron y abuchearon a Sergio Massa, frente a su domicilio, para una protesta contra su modus operandi. Los que fueron como ciudadanos libres quedaron bajo la lupa de los servicios, que los ficharon como delincuentes. También “lo harían o lo hacen” con los que van a las marchas a manifestar su disconformismo con la conducción del gobierno, por lo que son catalogados como “gente mala” y los que están con el oficialismo como “gente buena”. Una categorización tan infantil como decirle a un necesitado que si va a una concentración partidaria le van a dar un choripan y una cerveza más la consabida botellita de agua para aplacar la sed y si no va que se ajuste a las consecuencias.

La metodología de los allanamientos tiene un tufo a las redadas del Proceso de Organización Nacional en la que entraban a tu casa, te la daban vuelta, te llevaban para investigarte, y si eras culpable con la tortura incluida. Había hambre de hombre muerto porque la obediencia debida era el camino para eliminar a los enemigos de la Patria. El Presidente de la Nación inauguró un hospital en Escobar, un lugar para salvar vidas, se dedicó a dar una falsa cátedra de marchas como la que hacían los nazifascistas a los hombres y mujeres que se congregaron frente a los domicilios de los que ejercen la Justicia ajustada a su medida. Con el agregado de no respetar la interdependencia de los poderes. El Presidente de la Nación, no cumplió con nada de lo que prometió al asumir y por lo cual muchos lo votaron, ahora se ha convertido en un acusador para salvar pellejos que maquillados están al rojo vivo de sus culpabilidades. Señalar, denunciar, mentir, perseguir terminó siendo siempre el camino del odio que se fomenta día a día para aferrarse al fracaso de objetivos ciegos.

Mientras que TV Pública se negaba a transmitir el resultado de la Corte Suprema, lo mismo sucede con las manifestaciones domingueras, que son la única salida que tiene la oposición para expresarse, en ese canal pagado por los ciudadanos pasan recetas de comida o películas, y mientras se inaugura un hospital se invita a llamar nazis a los que no están con el gobierno.

Cuidado que así empezó Cuba y Venezuela, con el aparataje de beneficiar al pueblo cada día la vida es más cara, cada día hay menos inversión en el país, cada día se fomenta el odio a los que tienen, porque tienen el mecanismo de los necios y el que roba te llama ladrón. En este país la meritocracia es la mediocridad. Gracias al “per saltum” saltamos a la democracia.

INVITADA
MARTHA WOLFF
Periodista y escritora

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