Santo en la Web y en la Red

29 de marzo, 2024

Martha Wolff. La creación del mundo comenzó con el peronismo.

¡Argentinos atención!  La creación del mundo comenzó con el peronismo. El Antiguo Testamento fue un invento. Lo que pasó fue que cuando éramos cosmos no había publicidad, todo era de boca en boca, No había ni imprenta ni internet para difundir la verdad de la Historia de la Argentina. La creación del primer hombre y de la mujer de su costilla fue un cuento de hadas. Jugar al balero no existía. A  los chicos los traía la cigüeña con el solo deseo de pensarlos. La tentación sexual, la tentación de la manzana, la víbora y el mal que llevo al pecado original fue un producto made in distracción. Todo comenzó con Evita y con Perón. Antes la gente no se reproducía y no se divertían como lo hicieron y los hacen sus adeptos. El cielo y la tierra estaban poblados por almas y amebas que ambulaban en busca de sus pares y siguieron hasta que las elecciones dieron con los dioses del Olimpo de la cultura de los “compañeros”. Así compañero y compañera unieron sus cuerpos para que la descendencia no perdiera el ADN de los que inventaron el Partido  Justicialista, la  salvación de la Patria  y la Justicia Social. Por eso cada chico que concibieron se lo dedicaron a sus creadores haciéndolo decir antes que mamá y papá: ¡Perón y Evita!

Por eso los dirigentes para que nos pierda ese invento de fomentar la relación sexual para agrandar el partido, y además entretenerse luego de tremenda pandemia, siguen fomentando en los jóvenes la entrega total  a la noble casusa en memoria  de sus padres gestadores. Tal es así que se ha desatado la liberación de un lenguaje prosaico y vulgar como “garchar” como deporte político para todas, todos, todas y todes. Un pueblo alegre y fornicador es un pueblo fiel al voto de los gobernantes que supieron conseguir.

Inclusive una candidata a diputada para representarlos se despachó sin tapujos para demostrar que la juventud, cansada de la represión que produjo su propio partido, para evitar contagio ante las elecciones, dieran rienda suelta a sus necesidades, no de fomentar el amor, para ganar votos y rendir homenaje al partido dijo: “en el peronismo siempre se garchó”, que inventando el peyorativo ‘cojer’, con falta de ortografía, como de respeto por la acción privada de practicarlo, al mejor estilo de copular.

Gracias al peronismo el país ya solucionó su problema de cama. Pues bien coger no es una mala palabra, ni una acción indecente, ni está reservada a  una elite peronista, si no que todo bicho que camina va a parar a encontrar su bicha, su bicho o su biches. Es tan humano como respirar o sea que el peronismo no inventó nada.

INVITADA
Martha Wolff
Periodista y escitora

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