Santo en la Web y en la Red

26 de julio, 2024

Martha Wolff. Somos prisioneros de lo que decimos y dueños de lo que callamos.

La candidata a intendenta por el partido “Libertad Avanza” de la ciudad de Córdoba, Verónica Sikora, protagonizó una polémica al cuestionar a Luis Juez por “mostrar” a su hija Milagros, quien sufre una enfermedad degenerativa. Esta postulante es abogada y liberal y si hubiese ganado en las elecciones la pregunta que le haría sería: ¿Qué hará con los enfermos que no le gustan? ¿Adónde los escondería? ¿Se dictará un reglamento para que padres, familiares o cuidadores no los muestren en la vía pública? ¿Por qué no debía Luis Juez presentarse con su hija que figuraba en el padrón? ¿Acaso Luis Juez no habló siempre sobre ella y del mismo amor que tiene por sus otros hijos dándole el lugar de persona?

La postulante a intendenta calificó de muy baja su actitud, como diciendo que fue un efecto lástima para ganar su voto a quién pregunto: ¿Dijo que está cansada de la política deplorable que está viviendo?  ¿Y qué le queda decir a la ciudadanía del carnaval con comparsas que baten parches con nombres que hacen reír, llorar, menos bailar? Parecería que ignora que la lucha política en todos los casos tiene sus resortes a veces legítimos y otros menos santos y sobre todo ella, que actúa en un partido sensacionalista hasta el caracú con un líder, muy particular con sus comentarios y exabruptos.

Yo le diría a Verónica Sikora que tenga cuidado de lo que dijo, porque con su forma de pensar Hitler hacía matar a los minusválidos para poder tener una raza fuerte y sana. Además, como mujer, aconsejar que se quede con la madre, es también relegar a la madre al drama que le toca vivir y que Luis Juez decidió compartir con su esposa.

Si gustó o no la actitud de Luis Juez lo que valió fue la dignidad con la que le respondió al lado de su esposa y de Milagro como padres protectores enfrentando su realidad.

Parece que Verónica Sikora está cansada con el desfile político por las futuras candidaturas para gobernar el país. Pero ella debe dar la imagen de esperanza y ser nosotros los ciudadanos cansados de votar y fracasar. Estamos hartos ante las presiones de un lado y el otro, del 70% de los votos de Formosa, igual a la cantidad de empleados públicos que dependen de un reinado que mete miedo y sometimiento. Estamos atentos por el mal conteo de votos de inteligencia artificial en su provincia que parece ser que no fue tan artificial si no que estuvo metida la mano del hombre. De ver el nombre de Massa como posible futuro presidente, algo así como cantaba María Elena Walsh, en el país del no me acuerdo. O para terminar la interminable lista del decorado del avión con el que se tiraban drogados y atados los sospechosos de actuar contra el gobierno de facto militar mientras la Vicepresidente hablaba mezclando y embarullando datos para seguir victimizándose. Eso estamos cansados… 

Si a ella le pareció deplorable el derecho de Luis Juez, le pregunto: ¿Qué habrá sentido cuando Cristina Kirshner en el 2019 viajó varias veces para ver cómo seguía su hija a Cuba bajo tratamiento al descubrir que tenía una enfermedad “linfedema”, que significa la acumulación de líquido linfático en las piernas? ¿Qué pensó cuando Cristina dijo que su hija padecía de esa enfermedad por la persecución a la que fue sometida, que estalló en un estrés? ¿Lo mismo hizo recordemos con Héctor Timerman agregando que la habían señalado como parte de una asociación ilícita, el 17 de octubre del 2010 día en el que había muerto su padre?  Ante todo, pidió que no se metan con su hija. Claro que en el caso de Luis Juez también defendió a su hija como padre.

El hecho que la enfermedad fu detectada en Cuba y después de varios viajes de ida y vuelta justo le advirtieron que Florencia debía quedarse allí y no debía viajar más en avión. Durante la estadía de Florencia en Cuba fue la co-guionista de la película “El camino de Santiago”, sobre Santiago Maldonado y volvió varias veces para cursos de cine. Lo lógico hubiera sido que la medicina argentina la curase, pero el amor a la política populista pudo más conllevando un trato preferencial y luego devolver los favores prestados. En todo ese ir y venir hubo un trasfondo de manejo que a los argentinos no kirchneristas nos agotó.¿Qué hubiera dicho Verónica Sikora en aquel tiempo? ¿Amor de madre incondicional? ¿En Cuba su hija por afinidad ideológica? Nos tenía cansados con sus historias personales. Si madre hay una sola, también padre hay uno solo ante las adversidades.

Bueno y este es el punto al que llego y es que los ciudadanos estamos bloqueados de las puestas en escena de unos y de otros para llegar a gobernar, pero lo que no vamos a permitir con total claridad es que coarten la libertad personal sobre nosotros mismos y nuestras familias en las buena o en las malas. Menos Verónica Sikora que representa a un partido que se llama Libertad Avanza. El haber criticado a Luis Juez, luego pedirle perdón y aducir que hubo mala interpretación no convenció a nadie.

¡Verónica Siroka somos dueños de lo que callamos y prisioneros de lo que decimos!

INVITADA
Martha Wolff
Escritora y periodista

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