La autopsia a la periodista Debóra Pérez Volpin confirmó que sufrió una perforación en el esófago con entrada de aire, lo que la llevó a la muerte. La mencionada lesión es de carácter aguda, lo que significa que se produjo durante la endoscopia y no antes.
El estudio definitivo fue presentado por la familia de la periodista en la Legislatura porteña donde Enrique Sacco, ex pareja de Débora, y el abogado de la familia Daniel Pirota expusieron los resultados definitivos de la autopsia. Allí confirmaron que la causa de la muerte fue una perforación instrumental del esófago, producto del endoscopio y que no había una patología preexistente.
Además, el abogado informó que “fue una muerte violenta” producto del accionar de los dos profesionales que participaron del procedimiento. Además agregó que “la clínica de la Trinidad mintió y fue un obstáculo para la investigación”.
El estudio de anatomía patológica que le hicieron al cadáver de la legisladora porteña confirmó que hubo una lesión, a cinco centímetros del hueso hioides, durante la endoscopía a la que se sometió en el sanatorio La Trinidad de Palermo. El aire del endoscopio provocó un enfisema subcutáneo a través de esta perforación, lo que provocó el paso del aire tanto en los tejidos subcutáneos como en el tórax y la cavidad peritoneal.“La cantidad de aire insuflado es bestial” afirmó Pirota. El periodista y médico Nelson Castro informó que el aire llegó hasta el cerebro, situación absolutamente no habitual.
Por su parte Enrique Sacco señaló “No tenemos rencores ni sed de venganza” agregando que “Débora era una mujer sana, de 50 años que el domingo anterior había estado nadando plenamente como lo hacía habitualmente. Nos resulta impresionante que haya ocurrido lo que ocurrió”.
La información de la autopsia ratifica los datos a los que había llegado el Cuerpo Médico Forense cuando determinaron que el cuerpo tenía cortes y perforaciones en el esófago y lesiones en el estómago.
En relación a la causa la investigación pasó al juez Carlos Bruniard, tras las renuncia al caso de Gabriel Ghirlanda, el magistrado que estuvo inicialmente a cargo del expediente.
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