Santo en la Web y en la Red

19 de abril, 2024

BETINA KRAUS. 13 registros de conducir. 13 destinos judíos.

El 20 de junio de 2018, día de la bandera, no fue un día normal. Hubo un antes y un después en mi vida. Después de almorzar recibo un whatsapp con el siguiente texto: Hola Betina, mi nombre es Andrés Rodenstein, soy genealogista y papá del Pestalozzi. Me contactó Manfred Brösamle de Lichtenfels. Es un chico del Meranier Gymnasium de ahí. Ellos encontraron documentación de tu abuela, Jenny Dannenbaum Kraus, y me encargaron encontrar a sus descendientes. Están haciendo una muestra de desagravio a los ciudadanos judíos de su pueblo.

Estaba temblando. No comprendía lo que estaba sucediendo. Mi hijo y yo mirábamos la foto de Jenny y su firmeza en la mirada, como si nos quisiese decir algo. Fue el comienzo de una historia fabulosa que me acercó a mis orígenes y me ayudó a comprender parte de mi historia familiar.

Lo que supe contestar por whatsapp fue un simple: Buenas tardes. Llamáme. Gracias.

Andrés procedió a llamarme inmediatamente y me contó que lo contrató Manfred Brösamle-Lambrecht, en realidad no un “chico” sino el director de estudios del Meranier Gymnasium de la ciudad de Lichtenfels, Alemania.  Manfred y su grupo de estudiantes estaban buscando la descendencia de Jenny, mi abuela. Llegaron con sus propios medios hasta La Tablada, donde está la tumba de mi abuela, mi tío y mi padre. Se contactaron con la AMIA infructuosamente. Finalmente jugaron su última carta y contrataron a Andrés quien supo encontrarme en 3 días por ser ex alumna del Pestalozzi.

Así comenzó esta hermosa historia. En 10 minutos ya tenía en la bandeja de entrada el primer correo de decenas que prosiguieron… Con los ojos nublados de lágrimas de emoción y el pecho apretando fuerte leía el primer mail de Manfred donde me explicaba que estaban tratando de reconstruir la vida de Jenny Dannenbaum Kraus. En el año 2017 encontraron una carpeta en las oficinas del distrito de Lichtenfels. Su contenido eran 13 registros de conducir de ciudadanos judíos que fueron expropiados durante el Progrom de Noviembre de 1938, el cual comenzó en la noche de los “cristales rotos”. Sus dueños eran 11 hombres y 2 mujeres. 5 de los hombres fueron asesinados en el campo de concentración de Sobibor, los 6 restantes y las 2 mujeres pudieron emigrar a tiempo.

Lo que nos conmovió de mi abuela Jenny fue que hizo su licencia de conducir a los 57 años en una época tan difícil. Suponemos que la razón fue que Semi Kraus, mi abuelo, estaba enfermo del corazón y Jenny como mujer fuerte de la familia, tomó las riendas. Semi murió en septiembre de 1938 y Jenny se quedó sola. Sus dos hijos ya estaban en Argentina y esperaban el momento de reencontrarse nuevamente con sus padres. Voy a transcribir unas líneas que escribió mi padre en su diario de viaje el 30 de julio de 1934. “Hoy hace 3 semanas me fui de Lichtenfels. Temo que se desvanezcan de mi mente algunos detalles. Quiero evitar hablar del tema. Fue tan difícil separarme de la gente que amo y valoro. Fue un gran esfuerzo no ablandarme demasiado. Agradezco que pocos me vieron llorar. El lunes fue el último almuerzo preparado por mi querida madre que me preparó mis comidas preferidas. Los minutos en la estación hasta la llegada del tren fueron interminables. El llanto de mi padre cuando el tren empezó a marchar va a replicar en mis oídos toda mi vida. Cada vez que lo recuerdo tengo una piedra en el corazón. Vi por última vez el hermoso paisaje de Franconia, que será por siempre mi hogar.” Entre lágrimas se prometieron reencontrase todos en 5 años lo que no se pudo concretar. Jenny y sus 2 hijos se volvieron a ver en el año 1939 cuando Jenny logró llegar a bordo del barco “Cap Arcona”.

Christian Meißner, gobernador del distrito de Lichtenfels, decidió trabajar históricamente con los registros de conducir y le dio la tarea al Meranier Gimnasium. 14 estudiantes del último año de bachiller eligieron involucrarse con esta historia como trabajo final “Tesis” de sus estudios. La finalidad era rearmar la vida y los destinos de los 13 propietarios de los registros de conducir. El primer objetivo histórico fue relatar los destinos de estos protagonistas y crear conciencia de lo acontecido en su ciudad natal, especialmente en estos tiempos de Alemania con el resurgimiento de la derecha.

La finalidad, una exposición el 5 de noviembre, con 16 Roll-Ups de 85×200 cm (uno por cada persona) acompañado del relato. Conceptuada como una exposición intinerante, primero por la región de Franconia y luego intentar que se propague por otras regiones de Alemania.

La resonancia de este evento fue y sigue siendo mucho más fuerte de lo imaginable. De las 8 familias sobrevivientes, 6 colaboraron y empezaron a invadir internet con material enriquecedor, cartas, fotos, documentos de los protagonistas y sus familias lo que fue dándole vida a esta historia tan movilizante. El grupo de estudiantes y Manfred se volcaron de lleno a la ardua tarea del armado y pasaron momentos emotivos con cada hallazgo y paso a paso fueron cerrando las historias.

Jan Höppel y Manfred Brösamle-Lambrecht se hicieron cargo de Jenny y nuestra familia. Fui la última que encontraron cuando ya casi habían agotado todas las vías posibles y el encuentro fue muy fuerte de ambos lados y selló un lazo similar al sentimiento de familia que no se va a cortar nunca.

Los “no sobrevientes” fueron trabajados de la misma manera y los detalles de sus vidas nos conmovieron a todos hasta las lágrimas.

Meses pasaron con algunas noches de insomnio pensando y descubriendo las vidas de mis antepasados tan cercanos y reviviendo anécdotas y transmitiendo todo hasta los detalles a Alemania. Abrí cajas de la baulera, escanee fotos, algunas con 100 años de vida. Cada carta que iba leyendo me emocionaba, lloraba y me movilizaba pensando lo que había sentido  mi papá y mi abuela en esos momentos.

Se acercaba la fecha de mi partida con una mezcla de tensión, emoción y felicidad difícil de transmitir. Sabía que iba a haber un antes y un después en mi vida. De los 13 propietarios de los registros de conducir acudimos a Alemania  9 personas integrantes de 4 familias. La noche del sábado 3 de noviembre nos conocimos los familiares y los que escribieron nuestras historias y nos unieron. Abrazos, lágrimas, anécdotas, y un vínculo que no se va a romper jamás.

Llegó la gran noche del  5 de noviembre en el salón de actos del Meranier Gimnasium, colegio al que fue mi padre. Ahí estábamos nosotros sentados en primera fila y empezaron los discursos de figuras del gobierno y estudiantil. Me prometí a mí misma no volver a llorar hasta que la presentación de la familia Wolf me quebró  en llanto. Fue una noche muy fuerte para las 300 personas que estábamos ahí. La profesionalidad y dedicación de estos 14 estudiantes de 17 y 18 años nos conmovió. Sentimos mucho agradecimiento por el reconocimiento y compromiso hacia nuestros familiares tan cercanos. El acto culminó con la entrega de los registros de conducir a cada familia. Al tener ese documento finalmente en mis manos sentí que me devolvían parte del honor e integridad de mi abuela.

Betina Kraus y gobernador Christian Meissner con Roll-Up de Jenny Kraus

Por Betina Kraus

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