Santo en la Web y en la Red

26 de julio, 2024

Martha Wolff. Cuatro niños vivos y la guerrilla vigente en América Latina.

En la lengua murui-muinan huitoto,  los cuatro nombres de los niños indígenas rescatados de la selva suenan como mangares, instrumentos con los que se comunicaban con otras tribus, para anunciar mensajes hasta 20 km de distancia.  Ellos habían descubierto que  diversos animales se comunicaban entre ellos por golpes, como pájaro carpintero en los árboles y los peces golpeando la superficie del agua con sus aletas. Y fue quizá la melodía de sus apellidos Mucutay que retumbaron en la selva a veces ahogados por la humedad y a veces vibrando por el sol anunciándose a través de la acústica formada por el cauce de los ríos y las paredes de los árboles del bosque.

En lengua murui-muinan huitoto, los cuatro nombres de los niños indígenas rescatados de la selva  significa  “viven”  “salvados” y mucho más. Sus nombres invadieron el  espacio de felicidad, el 17  de mayo, con la cadencia murui-muinan de su apellido MUCUTY haciendo conocer a  Lesly Mucutuy de 13 años; Soleiny Mucutuy, de 9; Tien Noriel Ronoque Mucutuy, de 4; y de Cristin Neriman Ranoque Mucutuy, de 11 meses. Ellos  sobrevivieron en la selva al caer  el avión Cessna 206, operado por la compañía Avianline Charter’s, caído el 1 de mayo  en las selvas del Guaviare. Ellos a salvo murió su madre, un líder huitoto y el piloto.

Para comprender la dimensión de la noticia  hay que saber quiénes son los huitotos. Representan el 0,5% de la población indígena de Colombia que habita las selvas de los departamentos del Amazonas, Caquetá, y Putumayo, Brasil y Perú, en las fronteras con Colombia. Son gente de siembra, recolección del maní, cacería y  fiestas propias. Viven en comunidad en una gran choza que se lLama  maloca. Cada familia posee un fogón independiente y un sector especial  para sus hamacas. Cocinan sus arepas de  harina de yuca, practican la caza y la pesca. Pero así como es hábitat y alimento para muchas  poblaciones autóctonas, el Amazonas es también un lugar de grandes problemas siendo un territorio herido por la depredación del hombre , la voracidad del consumo por los agotamientos de las reservas naturales,  pulmón del mundo en vías de desforestación, con una fauna silvestre valiosísima. Amazonas, como  lugar de la Tierra,  guarda en sus entrañas tesoros explotados de ayer y hoy  del caucho, oro, minerales,  árboles, flores, frutos, pájaros y bestias. La Chorrera, su lugar de origen en la parte media del río Caquetá y sus afluentes, y la zona selvática que va hasta el río Putumayo.

La fiebre del caucho vivió su auge entre  1879 y 1912, (con repunte entre 1942-45), por el descubrimiento de la vulcanización  y de la cámara neumática en la década  de los 1859. Los huitos fueron los primeros en extraerlo en esa región y luego fue detentado a nivel internacional sometiendo a los en esclavos y  empobrecidos cuando decayó su  extracción. Primero porque los alemanes  descubrieron el sintético para abastecer la Primera Guerra Mundial y  después por la crisis del 30, las plantaciones sustitutas  en las colonias británicas de Asia, la rebeliones de los explotados y varias coyunturas que se fueron sucediendo.

Con el andar de los tiempos esos esclavos huitotos de ayer son los huititos de hoy  funcionando como comunidad  viviendo el drama de querer ser reclutados por la guerrilla disidente de la FARC que no se plegó a un armisticio con el gobierno, en el año 2015.  Y aquí reside el nudo gordiano de la historia de estos cuatro chicos. Ellos son un grito de atención, pues huían para reunirse con su padre que ya había escapado de las amenazas de ese grupo armado para sumarlo a sus filas  y matando a  los que se oponen a seguirlos siguiendo al que fuera el represivo Che Guevara que continúa…

Al ver las fotos y videos del accionar del ejército e indígenas juntos salvando a los niños fue  tan diferente a su  cadáver ejecutado en Bolivia. Un mensaje que es posible la convivencia y sumando valores de todos.  Y también qué diferente fue  poder escapar Manuel Laroque, padre de los cuatro niños a Bogotá para no ser ingresado a  la FARC, encontrar trabajo y  enviarle dinero a su esposa Magdalena para  estar juntos.

 La noticia de la aparición con vida de estos niños es decir ¡Gracias!,  y una alerta de los peligros de millones de seres que viven bajo amenazas de parte de ideas  extremas y de aquellos a los que los negocios, ideologías, religiones  son más importantes que las personas.

Manuel Laroque es un refugiado en sus propio país por guerras intestinas, y que destapa el drama latinoamericano de la guerrilla y en tantos países, desterrando almas de sus lugares de origen y tratando de encontrar a los desplazados voluntarios y obligados en algún lugar en el mundo donde haya paz.

INVITADA
Martha Wolff
Periodista y escritora

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