Santo en la Web y en la Red

26 de abril, 2024

Mayra Museri. La violencia no es cosa de chicos.


¿Qué podemos hacer para que este año lectivo las cosas sean diferentes?

No, no es cosa de chicos. La violencia no es cosa de chicos. Agredir a otro porque piensa distinto, se viste distinto, o simplemente porque no lo conocemos nunca puede ser un juego de niños. Y mucho menos cuando la víctima decide terminar con su vida porque nadie lo escuchó, nadie lo defendió.

Como sociedad, todos somos responsables…

Como padres, cuando minimizamos lo que nos cuentan los chicos o directamente ni los escuchamos, o peor aún, cuando nos negamos a creer que nuestros hijos puedan estar agrediendo a otros y le echamos la culpa al hijo del vecino. O cuando acusamos abiertamente a un chico y a su familia en el chat de Whatsapp si saber cómo sucedieron las cosas, negando la responsabilidad que tenemos como padres, mientras juzgamos la manera de actuar de los demás.

Desde la escuela, cuando etiquetan a los chicos, cuando los señalan delante de sus compañeros, cuando declaran “hicimos todo lo que pudimos, la situación nos excede”, pero no hacen nada para que la situación deje de excederlos. Cuando sancionan solo al que deja marcas físicas pero no al que deja marcas emocionales, esas cicatrices invisibles que son más profundas que un rasguño, tardan mucho más en cicatrizar e incluso a veces no cicatrizan nunca.

Como sociedad, cuando veneramos la competencia y creamos un mundo ficticio que hace culto a la perfección y descarta a quienes no encajan en los paradigmas de belleza, inteligencia y éxito.

Está comenzando un nuevo año lectivo. ¿Qué podés hacer para que sea diferente? Te doy algunos tips básicos para poner en práctica:

  1. Escuchá a tus hijos sin juzgarlos. Valida lo que sienten aunque a vos no te parezca importante. Lo que para nosotros puede resultar una pavada, para ellos es el mundo entero.
  2. Dales tu apoyo. Hacerles saber que siempre pueden contar con vos y pedí una reunión en la escuela para intentar resolver el tema si es necesario.
  3. Si te enterás de que es tu hijo el que hizo o hace bullying a un compañero, no lo niegues. Muchas veces nos cuesta creer que nuestros hijos puedan lastimar a otros, entonces nos defendemos y respondemos: “¿Cómo puede ser? ¡En casa no lo educamos así! Debe haber sido otro compañero… ¿Te suena? Y obviamente, cuando les preguntas a ellos qué pasó niegan todo y le echan la culpa a otro. “Los chicos nunca mienten” escuché una vez por ahí. Y eso no es verdad. Los chicos a veces ocultan la verdad, no porque sean mentirosos, sino porque, al igual que a los adultos, les cuesta reconocer y hacerse cargo de un error.
  4. Hablá con tus hijos sobre la importancia de no hacer sentir mal a los demás, y de que los demás no los hagan sentir mal tampoco. Enseñáles a valorarse más allá de lo que diga el resto y a aceptar a las personas tal cual son, aunque no se vean, piensen, o sientan igual que nosotros. Para eso te recomiendo mi nuevo libro: Sheila y su capa turquesa, donde la protagonista emprende un viaje en busca de un abrazo y, tras varios intentos fallidos, termina encontrándolo donde menos lo esperaba.

No, la violencia no es cosa de chicos, y nada va a cambiar hasta que cada uno de nosotros asuma la responsabilidad que le toca y deje de ocuparse de lo que deberían hacer los demás.

Un nuevo año lectivo te brinda la oportunidad de hacer que las cosas sean diferentes. No la desperdicies.

INVITADA
Mayra Museri, Coach Ontológico especializada en Biodescodificación y Eneagrama
Instagram: mayramuseri_coach

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